Faltan manos en los hoteles catalanes: "Las condiciones son pésimas. Preferimos otros sectores"


Los hoteleros afirman que las bajas por cuarentenas afectan a la contratación de personal
Los empleados denuncian bajos sueldos y exceso de horas y prefieren otros sectores
Entre los muchos desbarajustes causados por la pandemia están las reservas turísticas. Los alojamientos de costa colgaban el cartel de "completo" con meses de antelación. Hasta el año pasado. Ahora la situación ha cambiado, las reservas y cancelaciones fluctúan a la velocidad del bitcoin. Un brote sorpresa o un simple positivo puede tirar por la borda toda la temporada y encumbrar otro destino en el último minuto.
Los alojamientos funcionan ahora bajo mínimos. De hecho, en julio se firmaron la mitad de los contratos que en 2020. En plena temporada alta, parte de su plantilla continúa en ERTE y, según explican varios trabajadores de la hostelería y el turismo a NIUS, muchos de ellos son reticentes a volver debido a la carga de trabajo y la falta de manos.
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La falta de previsión obliga a los hoteleros a buscar trabajadores debajo de las piedras. "Ahora cuelgan ofertas hasta en los grupos de Facebook del pueblo. Esta no había pasado nunca", explica Eulalia Corralero, camarera de piso de baja.
Falta de previsión por bajas y excedencias
El Gremio de Hoteleros de Lloret de Mar lo confirma: "Nos encontramos con muchas bajas médicas repentinas. Sobre todo entre contactos estrechos que deben guardar cuarentena", explica Enric Dotras, presidente del Gremio. La situación "hace imposible la previsión y a veces tenemos que buscar personal en el último minuto", añade.
A las cuarentenas sorpresa se une el éxodo de trabajadores a otros sectores. Desde el gremio reconocen que muchos ya no están disponibles: "Han pedido excendencias para trabajar en otros sectores o han vuelto a sus países de origen. Lo cierto es que se echan de menos", reconoce.
"Las condiciones son pésimas", reconoce Corralero, que ha trabajado 40 años como camarera de piso y sólo tiene 20 cotizados en su condición de fija discontinua. "Prefieren otros sectores porque en la hostelería es muy difícil la conciliación familiar, se trabajan muchas horas y los sueldos son bajos", explica. "Tenemos compañeras en Almería que están trabajando en invernaderos y aquí en Cataluña, muchos compañeros se han ido a la obra", explica.
Los trabajadores han emigrado
Una de las miembros de Kellys Unión Cataluña que ha atendido a este diario es camarera de piso en un hotel barcelonés. Regresó del ERTE está trabajando pero afirma que sus empleadores tienen dificultades para encontrar personal: "Se ven obligados a aceptar a los trabajadores que antes no querían porque falta mano de obra", explica. Muchas de sus compañeras han vuelto a sus países o han emigrado a otros con mejores condiciones, "tengo compañeras dominicanas que se han ido a Estados Unidos donde les ofrecen un año de contrato con alojamiento y un sueldo de 15 dólares la hora", explica. Otras se han hecho repartidoras de Amazon.
"Los sueldos en la hostelería son muy bajos y son muchas horas de trabajo. En mi hotel, todos somos extranjeros, los españoles buscan algo mejor", comenta. Su sueldo como camarera de piso está fijado según el convenio del ramo y ronda los 14.000 euros anuales.
1.000 euros por 13 horas de trabajo
En la Costa Brava, sin ir más lejos, la cuenta de Instagram Explota Brava denuncia la situación precaria de muchos trabajadores. El perfil ha publicado de forma anónima cerca de 200 casos de explotación laboral durante la temporada de verano, como jornadas de más de 10 horas al día sin cobrar las horas extras, 13 horas diarias por 1.000 euros entre otros casos.
La cuenta en la que trabajan Arran y el sindicato Coordinadora Obrera Sindical anima a los trabajadores a denunciar estas situaciones de precariedad y "revertir la situación", afirman. El Gremio de Hoteleros de Lloret niega que esta práctica sea habitual. "Somos los primeros en denunciarlo y estamos en contacto constante con los sindicatos, lo que no quita que existan estas prácticas aisladas", responde Dotras.
Los trabajadores responden que los convenios son insuficiente y continúan el degoteo hacia otros sectores. Lo mismo sucede en la hostelería de Estados Unidos, y por el mismo motivo, a lo que el presidente Biden respondió con el ya famoso: "Pay' them more!"