El Govern condena el macrobotellón en la UAB, blindada por los Mossos para evitar más fiestas

Cree que no se pueden "tolerar actos incívicos que traspasan de largo los límites aceptables"
El rector, Javier Lafuente, espera que no sea necesario desplegar el dispositivo policial cada fin de semana
Destrozos, robos y una presunta agresión sexual y otra homófoba, algunos de los excesos de la juerga
Continúa la resaca del macrobotellón celebrado la madrugada del sábado en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) con la rotunda crítica del Govern de la Generalitat. Los excesos de las 8.000 personas que acudieron al recinto han llevado a la administración catalana a condenar "enérgicamente los lamentables hechos" ocurridos tras una convocatoria difundida en las redes sociales que resultó ser falsa.
Lo ha hecho en un comunicado en el que se refiere así a la falta masiva de medidas de seguridad contra la covid-19 y, sobre todo, al vandalismo de los congregados que destrozaron mobiliario de la universidad, entraron en las casas de la villa universitaria e, incluso, utilizaron una máquina excavadora para su divertimento; también se han producido una presunta agresión sexual (de la que ya consta denuncia formal) y otra homófoba.
"El sistema universitario de Catalunya no puede tolerar actos incívicos en sus campus que traspasan de largo los límites aceptables y atentan directamente contra los valores democráticos que rigen las universidades", ha lamentado la conselleria de Investigación y Universidades de la Generalitat.
El Ejecutivo catalán considera que los hechos "infringen las normas de convivencia, de respeto y del más elemental sentido común", además de poner en riesgo la salud de los participantes, y ha tachado de totalmente injustificables los desperfectos provocados, la suciedad generada y las molestias al vecindario.
Blindada
Los Mossos d'Esquadra han desplegado un dispositivo preventivo en los accesos al recinto de la Universitat Autònoma de Barcelona y su villa universitaria la noche del sábado al domingo para evitar una posible segunda fiesta. No obstante, nadie intentó acceder con ese objetivo según fuentes policiales, a pesar de que se rumoreaba que algunos querían repetir la juerga.
La rectoría del centro ya comunica habitualmente a la policía las convocatorias que identifica por las redes sociales y, tras los hechos de la madrugada del sábado, han aumentado su coordinación. "Los Mossos estaban preparados para evitar otra fiesta, para que la universidad no sea un espacio de incivismo", ha asegurado en declaraciones a Rac1 el rector, Javier Lafuente, que espera "que no sea necesario desplegar este dispositivo cada fin de semana".
Lafuente ha confirmado que la víctima de la presunta agresión homófoba es estudiante de la universidad (falta determinar si también lo es quien sufrió la presunta agresión sexual) y ha aseverado que los costes por los desperfectos superarán seguro "algún millar de euros solo por los gastos en limpieza".