Una masía de Solsona acoge el primer hotel japonés de Cataluña: "Ofrecemos la experiencia de un ryokan"


Los huéspedes pueden dormir en tatami, degustar el menú tradicional nipón o decantarse por los embutidos y quesos locales
Arquitectos japoneses y españoles han trabajado en la construcción del alojamiento
Los propietarios planean abrir un baño tradicional japonés que se calentará mediante la combustión de biomasa
Dormir en un futón, degustar tempura de raíz de loto relleno de edamame y relajarse al calor de un té matcha ya es posible en Lladurs (Lleida) en la falda del Pirineo catalán. La experiencia de un ryokan (hoteles rurales tradicionales de Japón) llega con el primer hotel japonés que se abre en Cataluña y que mezcla los elementos orientales con los de una masía de toda la vida.
"La familia de mi mujer tenía una masía típica en la que no ha vivido nadie durante años. Llevábamos tiempo pensando en montar algo diferente. Decidimos crear este hotel: ofrecemos la experiencia de un ryokan en una masía catalana", cuenta a NIUS Tessin Sano, conpropietario del Hotel Japonés Puigpinós junto a su esposa Nuri Jou.
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Los huéspedes pueden probar el menú degustación nipón o los embutidos y quesos de la zona en el desayuno. Su construcción también siguió la mezcla de estilos ya que trabajaron arquitectos autóctonos y japoneses: "Queríamos conservar la estructura de la masía añadiendo elementos de mi país. Los arquitectos de aquí no conocen los elementos japoneses y los de allí no saben nada de masías catalanas", justifica Sano.
Baños de bosque y maridajes con sake
El camino ha sido largo. La construcción del alojamiento empezó antes de la pandemia y la apertura se aplazó por las sucesivas restricciones sanitarias. La inauguración será el jueves 21 de abril, abrirán de jueves a lunes y los propietarios aseguran que el hotel está completo hasta junio.
"Hemos visto mucho interés en hacer meditaciones. Tenemos fines de semana reservados por grupos para hacer retiros", explica Sano. El alojamiento también está organizando actividades zen como baños de bosque o maridaje de sake y quesos de Solsona para las próximas semanas.
Dormir en tatami y futón
La habitación doble (entre 140 y 160 euros según la noche de la semana) propone una experiencia más o menos inmersiva en Japón: "Tenemos tres habitaciones típicas con tatami y futón. También les ofrecemos yukatas (kimonos típicos de baño) y zoris (sandalias de paja) ya que será obligatorio descalzarse antes de entrar", explica el propietario.
Los huéspedes reticentes a descansar en el suelo pueden alojarse en una habitación híbrida, con tarima de madera, somier y colchón a una altura menor que las camas occidentales.
Sano reconoce que falta el elemento estrella del ryokan: los baños de agua termal conocidos como onzen. "Aquí no hay aguas termales pero queremos construir uno que caliente el agua con biomasa", explica la propiedad.
Los primeros japoneses que se instalaron en Solsona
Tessin y Nuri reconocen que se adentran por primera vez en el sector turístico. Pero Tessin y su familia sí que tienen experiencia en restaurantes: abrieron el primer japonés de Solsona.
"Llegamos hace 30 años de Saitama, cerca de Tokio. Mi padre había estudiado historia del arte y estaba enamorado del románico, en concreto del Orante de Sant Quirze de Pedret", explica Tessin sobre el motivo que llevó a su familia a cruzar medio mundo. "El aterrizaje fue curioso. Éramos los primeros orientales en un pueblo de 5.000 habitantes. ¡Mi colegio tenía la mitad de alumnos que esta ciudad! Al principio me costó el idioma pero nos sentimos muy arropados", explica Tessin ahora en un catalán nativo.
La primera familia japonesa instalada en Solsona también tiene un huerto con hortalizas niponas de temporada y el hotel japonés de Puigpinós usará esta tradición culinaria en sus menús.