Judit vende alarmas antiagresiones camufladas en llaveros: "Es triste que aún tengamos que protegernos"

La inseguridad que sentía al salir de la universidad le ha llevado a comercializar estos productos
Mujeres y hombres las compran y ya han evitado una agresión en Zaragoza; la policía identificó a un asaltante
También vende un coletero que evita que alguien introduzca sustancias en la bebida
Judit dejó de caminar tranquila por la calle. Se siente insegura, dice, tras escuchar noticias de agresiones grupales y de violaciones que le hacían sentir insegura a su salida de la Universitat Pompeu Fabra en Barcelona de vuelta a su casa en Sant Vicenç de Castellet. "Salía tarde, iba en el tren con el ordenador en el bolso, y me daba miedo que me pasara algo", explica. Y tiró de ingenio. Esta joven de 21 años ahora combate la inseguridad vendiendo alarmas camufladas en un llavero.
Bajo la marca The Safetik (juego de palabras con el término 'seguridad' en inglés), comercializa este producto que emite un sonido parecido al de un avión despegando: 130 decibelios que suenan hasta a 180 metros para advertir de peligros y ahuyentar a agresores: "Él se asusta, mientras que la gente de tu alrededor se da cuenta de que algo está pasando".
Para activar la alarma, la víctima debe tirar de una anilla lateral que hace que suene y no se detiene hasta introducirla de nuevo, de forma que "si un agresor se acerca y tiras la anilla lejos, la alarma no dejará de sonar".
También hombres
Una iniciativa con "muy buena aceptación" no solo entre mujeres, víctimas de una mayor sensación de inseguridad en la vía pública y en el transporte público. "Yo pensaba que la mayoría de clientes serían mujeres, pero también hay muchos hombres que lo compran para ellos", aclara Judit, manifestando su sorpresa: "Lo hacen sobre todo para casos de agresiones y robos". Asimismo, muchos compradores son madres preocupadas que se lo regalan a sus hijas.
"En general, son gente joven y madres", detalla la catalana, que agrega que es una alternativa al espray de pimienta porque "si te lo quitan de las manos y lo usa tu agresor, es aún peor". Asimismo, también ha detectado que se vende más allí donde trascienden noticias de violaciones, robos o apuñalamientos de noche: "Siempre que hay alguna noticia en la zona, aumenta la inseguridad y la gente busca qué hacer para evitar que les pase".
Éxito en Zaragoza
Judit gestiona los pedidos que le encargan y, de hecho, le consta que este tipo de dispositivos ha evitado una agresión. Ha sido en Caspe, en Zaragoza, cuando un hombre asaltó a una joven mientras volvía a casa tras salir a tomar algo. Ella activó la alarma del llavero y él salió corriendo; la policía pudo identificarlo después.
"Es muy triste que tenga que llegar alguien como yo a crear un negocio de productos de seguridad dado el incremento de la inseguridad en la calle. Es un problema que hay que cambiar leyes o hacer alguna cosa para que esto no pase, para que no sea necesario protegerse", valora la joven, que zanja: "Es surrealista que en pleno siglo XXI todavía nos tengamos que proteger".
Un coletero para evitar sustancias en la bebida
El llavero con alarma ya se podía comprar en los Estados Unidos y Judit comenzó a comercializarlo en España, sorprendida de que nadie lo hiciera: "Me pareció una idea buenísima que soluciona un problema muy grave que yo misma estoy viviendo". Ahora, la joven ha hecho lo propio con un coletero que, colocado en un vaso o copa, lo cubre para evitar que alguien introduzca sustancias en la bebida de fiesta en una discoteca o un bar.