Los acusados de crear una célula yihadista en Badalona lo niegan: "No somos radicales"


La Fiscalía solicita para cada uno de los enjuiciados 16 años de cárcel por dos delitos
Los tres hermanos fueron detenidos en una operación contra el terrorismo en Badalona (Barcelona) en julio del 2020
"Nunca hablo del terrorismo porque me da miedo", ha asegurado uno de los acusados ante la Audiencia Nacional
Los tres acusados de integrar una célula perteneciente al grupo islamista radical Hizb Ut Tahrir al Islami ubicada en Badalona (Barcelona) han negado que se dedicaran a realizar labores de captación, adoctrinamiento y radicalización.
El lunes 4 de abril se ha celebrado la primera sesión de la vista oral que se sigue en la Audiencia Nacional y los hermanos han descartado que las reuniones que tuvieron fuesen para el envío de voluntarios a participar en acciones violentas de DAESH en la guerra de Siria.
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La Fiscalía solicita para cada uno 9 años de cárcel por un delito de integración en organización terrorista o, de forma subsidiaria, una condena de 7 años y 6 meses de prisión por un delito de captación y adoctrinamiento terrorista, añadiendo igualmente una multa de 18 meses por una cuota diaria de seis euros.
Descartan relación con un joven que viajó a Siria
"No todos los musulmanes somos radicales. No todos hablamos de lo mismo, también se habla de las mujeres, del futbol, de cualquier cosa...", ha sostenido Hicham L. que, a pesar de reconocerse como simpatizante del citado grupo radical. Pero ha señalado que a esas reuniones solo acudían "amigos y familiares".
A uno de esos encuentros, según el fiscal, habría acudido Mohamed Kaouch, un joven marroquí residente en la misma localidad que tomó la determinación de viajar hasta Siria para combatir. El propio Kaouch murió unos años después víctima de un bombardeo.

Hicham ha reconocido que lo conocía de vista, mientras que sus otros dos hermanos, Khalid y Ben Gacem, han descartado que guardasen algún tipo de relación con él. También han negado estar relacionados con la madre del fallecido, pues de ella tenían su teléfono entre sus contactos.
En relación a los audios y los documentos que se encontraron en los registros policiales, Hicham se ha excusado aludiendo al origen de los USB y discos duros: "Un montón de veces cogemos chatarra para vender y para reutilizar. Al igual lo cojo de la calle y no sé lo que es. No tengo tiempo para verlo. Trabajo de sol a sol, la mayoría del tiempo estoy fuera".
"Nunca hablo del terrorismo porque me da miedo"
Ben Gacem también ha echado balones fuera sobre lo hallado en su vivienda. Ha defendido que es analfabeto y no tenía posibilidad de leer nada. Lo que tenía se lo fueron entregando a la salida de la mezquita a la que acudía a rezar. En esta línea, ha negado que en su teléfono móvil hubiese material relacionado con el islamismo radical. "Nunca hablo del terrorismo porque me da miedo", ha asegurado.
Por su parte, Khalid se ha confesado como un ciudadano que profesa la fe musulmana "con moderación" desde hace 20 años. Si en su móvil se encontraron imágenes relacionadas con DAESH, ha apuntado, no fueron porque él accediese a las mismas: "No conozco de descargas ni de nada".
Lo que sí que han reconocido los tres acusados es que conocían a Riyad Al Bayed que, según ha explicado el jefe de grupo de la Brigada General de Información de Barcelona, era un "referente religioso" y una suerte de representante de Hizb Ut Tahrir en España.

Mientras que Ben Gacem ha explicado que Al Bayed era una "persona conocida en Santa Coloma" y a la que todo el mundo saludaba, Hicham ha señalado que los hermanos trabajaron con él cuando todavía no tenían papeles.
El escrito del Ministerio Fiscal detalla que los tres hermanos tenían con él una "relación de dependencia jerárquica". Y también habla de una reunión convocada por el propio Al Bayed en febrero de 2020 a la que acudieron dos de los acusados y un "número destacado de militantes".
En ese encuentro de poco menos de dos horas se estableció un dispositivo de vigilancia en el exterior con relevos. Todo ello para "preservar la clandestinidad", llegando a controlar las personas y los vehículos que transitaban por la calle. Hachim ha descartado esa minuciosidad y precauciones: él "nunca jamás obligó a quedarse o marcharse" a los supuestos amigos y familiares que acudían.
Denuncia de un testigo protegido
Por otro lado, en la sesión judicial ha hablado el citado agente que se encargó de tomar declaración al testigo protegido que les puso sobre la pista de los supuestos yihadistas. El mismo llegó a la comisaría después de haber ido a una mezquita a denunciar la existencia de estas reuniones.
A pesar de que la defensa de los tres acusados haya solicitado que se desvele su verdadera identidad, la petición ha sido declinada por el tribunal tras el rechazo de su defensa con el objetivo de preservar su seguridad. Se trata de una persona, según ha relatado el policía, "con bastante miedo" y que "no sabía lo que tenía que hacer".
En relación a los hermanos, el agente ha explicado que la célula que presuntamente formaban respondía a los parámetros de otras similares descubiertas con anterioridad: pequeñas, de entre 5 y 7 miembros, y solían adoptar medidas de seguridad.