Irene, madre de una niña trasplantada de hígado: "Viví mucho tiempo el luto por la familia donante"

"Un niño estaba malito y me dio su hígado. Ahora puedo hacer muchas cosas como ir al cole y conocer gente" así explica Gina, de siete años, la historia de su trasplante. La pequeña se sometió a la operación cuando tenía apenas siete meses. Fue en el hospital Vall d´Hebron. Siete años más tarde disfruta de una infancia feliz y muy normal.

A si madre, Irene Albano, aún se le encoge el corazón cuando recuerda su historia: "Es muy difícil de asumir como madre" explica Albano como madre receptora de un órgano de otro niño que falleció. Gracias a él, su hija vive.

"Te pones muy contenta porque tu hijo tiene otra oportunidad pero también te pones del lado de la familia que ha perdido a su hijo. He vivido mucho tiempo un luto por la otra familia", explica.

En el hospital les ofrecieron escribir una carta a la familia donante. Aún no han podido: "Empezaría llorando y no sabría qué decirles. Sólo sé les escribiría un 'Gracias', en mayúsculas, muy bonito y subrayado", explica. "Nunca hay palabras para ellos, solo unas gracias infinitas", explica.

Así que los padres de Gina han decidido que será la pequeña quien escriba la carta, cuando sea mayor. La familia, como tantas otras receptoras, agradecen a diario el gesto de las familias donantes en un momento tan traumático.

Así lo han hecho los padres de Vera, la niña que falleció en el inflable de Mislata: "Es de una valentía tremenda", explica Albano. "Valorar la vida de una manera tan grande porque se acaba de forma traumática. Y decidir ayudar a otros que lo están pasando fatal", reconoce la madre.