Pueblo a la venta: Sant Marçal de Quarantella no encuentra comprador por dos millones de euros


Sus cuatro fincas en ruinas y 600.000 m2 de terreno con campos y bosques llevan más de 10 años a la venta
La normativa urbanística busca evitar la especulación, pero sus trabas ahuyentan a los posibles compradores
El alcalde de Vilademuls pide aplicar otra regulación: "Somos un pueblo de payeses, aquí nadie viene a especular"
"Zona bien comunicada y con múltiples atractivos turísticos al alcance. 600.000 metros cuadrados por 2.000.000 de euros", reza el anuncio de Sant Marçal de Quarantella. Este pequeño pueblo, uno de los 12 núcleos del término municipal de Vilademuls (Girona), está a la venta, pero no encuentra comprador.
Lo está desde hace más de una década. "Es un lugar precioso, con unas vistas espectaculares" de los Pirineos, asegura el alcalde de Vilademuls, Álex Terés, cuyos 830 vecinos se dedican principalmente a la agricultura, a la ganadería y al turismo rural.
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Sant Marçal cuenta con cinco fincas y solo una está habitada y no está a la venta. Las otras cuatro (tres viviendas y una rectoría) están en ruinas y comparten los 600.000 metros cuadrados del terreno a la venta con bosques, oliveras y viñedos.
No hay tiendas ni servicios en Sant Marçal de Quarantella; tampoco en Vilademuls, diseminado en 12 pequeños núcleos, por lo que el comprador debe saber que quien viva allí deberá desplazarse a zonas más grandes como Banyoles, Figueres o la propia capital de provincia.
"Idóneo" para el turismo rural...
Un simple vistazo a las imágenes basta para entender el estado del pueblo, aunque la inmobiliaria que lo ofrece, Fincas Llúria, reivindica el "gran atractivo" de la oferta al considerarlo "idóneo para el turismo rural". Además, permite actividades de "ocio natural" y "futuras actividades" como piscina, caballos y otros deportes si se acondiciona.

Tarés desea que quien se haga con Sant Marçal de Quarantella respete la esencia de la zona y lleve a cabo proyectos sostenibles que respeten el paisaje. No obstante, lamenta que la normativa urbanística pone trabas a la inversión de los potenciales compradores.
... pero con una normativa que ahuyenta a compradores
El alcalde asegura que la normativa está pensada para zonas urbanas en las que es necesario proteger las áreas verdes, pero que no permite dinamizar Vilademuls. "Busca evitar la especulación de las ciudades, pero esa no es nuestra realidad, el nuestro es un pueblo de payeses y aquí no viene nadie a especular", en palabras de Tarés.
En este sentido, el pueblo ha recibido varias ofertas. Como la del responsable de un grupo de hoteles de lujo, del que no se ha vuelto a "saber nada". Otro interesado quiso montar unas cuadras de caballos y otro un sistema de viviendas cooperativas integradas en el paisaje; todos sin suerte.
"Todo esto perjudica a Vilademuls hasta el punto de que los jóvenes, cuando quieren independizarse, no pueden hacerlo en el terreno de sus padres porque los usos del suelo no permiten hacerle una casa independiente", agrega el primer edil, que lamenta: "Acaban yéndose a las ciudades y, cuando mueren sus familiares, dejan de volver".