La víctima de la presunta violación de Molins de Rei: "Me decían que yo se lo ponía más difícil que otras"

Ha arrancado este 11 de noviembre en la Audiencia de Barcelona el juicio a los tres acusados de violar a una joven en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) a su salida de una discoteca en Molins de Rei en 2018, y lo ha hecho con la declaración de la víctima. La joven ha relatado los hechos y ha asegurado que los imputados le insultaron y la humillaron: "Me insultaban y decían que yo se lo ponía más difícil que otras chicas que no ponían tanta resistencia".

Los hechos tuvieron lugar a las 6:30 h del 19 de mayo de 2018, cuando los tres hombres, para los que piden hasta 46 años de cárcel, vieron en la calle a la víctima, que había salido del local en el que los había conocido, con síntomas de haber consumido alcohol y drogas. La convencieron de que subiera a su coche y condujeron hasta un descampado, donde presuntamente la agredieron sexualmente. Después, la abandonaron en una estación de tren cercana.

"Se acercaron dos y me cogieron del pelo y me arrastraron. Me metieron en el maletero, yo daba golpes y chillaba", recuerda la víctima, que ha proseguido: "Me bajaron el vestido, uno me cogió de la cabeza y me obligó a hacerle una felación. Me insultaban y se reían de mí". Según la versión del fiscal, "cada uno de ellos la agredió sexualmente, mientras los otros la sujetaban con fuerza a pesar de los gritos y la resistencia que oponía la víctima".

Asimismo, la calificación agrega que uno de ellos "le realizó fotografías sin consentimiento durante los hechos, donde se veía a la víctima semidesnuda. Esas imágenes se las remitió a otro de los procesados y también a personas ajenas a los hechos".

Una trabajadora de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya encontró a la afectada, que ha declarado que "lloraba y estaba muy alterada". "Poco a poco me explicó que la habían cogido del pelo y metido en un maletero y le hicieron de todo", ha relatado.

Hechos que han agravado su adicción a las drogas, ha explicado: "Ya consumía antes y la situación empeoró porque quería evadirme". En este sentido, la afectada, que asegura haber estado ingresada en un centro psiquiátrico, asegura que no sale de casa "sola a ningún sitio" aún a día de hoy y que le "da miedo la gente desconocida". "No estoy bien", ha concluido.

Preguntada por algunas contradicciones de su relato, ha aclarado que no había dormido ni comido el día de los hechos, y que estaba emocionalmente conmocionada. Asimismo, el juez ha llamado la atención en varias ocasiones al abogado de uno de los acusados por ahondar en cuestiones que la afectada ya había contestado.

Los imputados se enfrentan a hasta 46 años de cárcel: el fiscal pide 43 para dos de ellos por un presunto delito de agresión sexual y 46 para el tercero por presunta revelación de secretos, ya que le acusa de haber utilizado su teléfono móvil para grabar y difundir imágenes de los hechos por Whatsapp.