Carmelo, el empresario de éxito de Santurce, que resultó ser un estafador del amor


El acusado mostraba en internet una imagen de vida de lujo para conquistar a mujeres adineradas
Según las estafadas, inventaba un imprevisto para que éstas le ayudaran con sus ahorros, que nunca devolvía
Dos mujeres han logrado sentarle en el banquillo para juzgarle por estafa en la Audiencia Provincial de Guipúzcoa
Siempre empleaba la misma estrategia para engañarlas. Supuestamente, Carmelo H., un vecino de Santurce, Vizcaya, conocía a las mujeres por redes sociales en las que se presentaba como un exitoso empresario con contactos en Arabia saudí, Estados unidos y México. Su perfil social está lleno de fotos de viajes por medio mundo donde aparenta llevar una vida de lujo. De esta manera, lograba ganar la confianza de sus víctimas. Con algunas incluso llegó a comprometerse en matrimonio.
El cuento de hadas llagaba a su fin de la misma manera en todos los casos. El estafador fingía un imprevisto económico y lograba convencer a sus “novias” para que le realizaron pagos y transferencias durante años bajo el compromiso de que les devolvería el dinero. Una vez que lograba dejarlas sin blanca, las bloqueaba, desaparecía de sus vidas sin explicaciones.
Amenazas de muerte
Este presunto estafador del amor está siendo juzgado en la Sección Primera de la Audiencia de Guipúzcoa por estafa, amenazas y vejaciones. Se enfrenta a una petición de doce años de cárcel y 33.000 euros de indemnización. Dos mujeres, una guipuzcoana y otra de nacionalidad italiana, que sufrieron sus engaños entre 2015 y 2016, han sido las que han logrado sentarle en el banquillo de los acusados
Según las dos denunciantes, que aseguran que no son las únicas engañadas, Carmelo no se limitó a la estafarlas, llegó incluso a amenazarlas de muerte y vejarlas cuando éstas le pedían que les devolviera el dinero prestado.
La acusación ha aportado en el juicio mensajes del acusado a sus víctimas como “qué hostias te voy a dar, te voy a asesinar hija de puta, vas a aparecer muerta o “esta vez sí es una amenaza, escóndete bien porque voy a matarte”, entre otros de igual dureza.
Por su parte, el acusado, ha negado estas acusaciones en el juicio y asegura que el dinero prestado formaba parte de un acuerdo empresarial con las mujeres. El juicio ha quedado visto para sentencia.