Fotos y cartas inéditas en la muestra 'El terror a portada' recuerdan a Miguel Ángel Blanco


Estará en el Izarra Centre de Ermua, del 17 de junio al 24 de julio y la entrada es gratuita
La exposición reúne primeras páginas de la prensa que retratan la dureza del terrorismo
En la muestra se podrán leer algunas cartas inéditas de apoyo a Blanco recibidas en el Ayuntamiento
Antes de aquel verano de 1997 en el que ETA truncó sus sueños, Miguel Ángel Blanco tenía una vida. Cuando el horror aún no había hecho aparición en la familia Blanco las instantáneas de sus álbumes fotográficos son las que podría haber en cualquier casa.
Fotos en blanco y negro siendo solo un bebe en brazos de su madre, el recordatorio de su primera comunión o junto a los componentes del grupo de música en el que tocaba. En el verano de hace 25 años, ETA le arrebató la vida y la posibilidad de seguir llenando el álbum.

Algunas de esas fotos así como las cartas inéditas que, durante el secuestro y posterior asesinato del que fuera concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco, se recibieron en el Ayuntamiento pueden verse estos días en la muestra ‘El terror a portada’ que este viernes ha abierto sus puertas en Ermua.
Su asesinato, un punto y aparte
El asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA supuso un punto y aparte en la respuesta de la sociedad vasca al terrorismo. Estos días se recuerda aquella barbarie. En Ermua hoy mismo se inaugura la exposición ‘El terror a portada’, una muestra del compromiso de la prensa contra el terror que podrá visitarse hasta el 24 de julio en el Izarra Centre de Ermua, en la calle Zearkale número 36, de 11 a 14 horas y de 16 a 20 horas.
La exposición que ya ha podido verse en Madrid, Vitoria, Pamplona, Valencia, Mérida, Salamanca y Logroño da voz a las víctimas del terror, que han sido 1.400 en España. De ellas, 856 murieron a manos de ETA y 256 por el yihadismo, pero también hay lugar para los que cayeron a manos del FRAP, los Grapo, Terra Lliura, la Triple A o el Batallón Vasco Español.

La hermana y presidenta de su fundación, Mari Mar Blanco, ha acudido a la inauguración con una mezcla de sentimientos. “Es un día profundamente emocionante pero también difícil para mí volver a Ermua tras tres años. Es mi pueblo. Son muchos los recuerdos buenos y malos. Aquí crecí y Ermua siempre me acompañará, pero también es la pérdida de mi hermano, que tanto trabajó por este pueblo”, ha admitido. Mari Mar Blanco ha recordado “el horror de aquellas 48 horas” que le acompañará siempre. “Revivo aquella cuenta atrás y recuerdo cada minuto, de desasosiego e incertidumbre, pero también de cariño de la sociedad y esperanza”.