Una anciana de Sestao necesita vender su piso para pagar la residencia y el inquilino en alquiler “ni paga ni la desocupa”


La anciana necesita vender su piso para costear los gastos de la residencia donde vive ahora
Isabel decidió ponerlo en venta cuando se terminó el contrato de alquiler con los actuales inquilinos, pero uno se niega a marcharse
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Isabel Moreno es una vecina de Sestao de 83 años. Vive en una residencia de Palencia, que paga con su pensión y gracias a los ingresos por el alquiler de la que ha sido su vivienda toda la vida en esta localidad vizcaína.
En marzo de 2022, la octogenaria decidió poner el piso a la venta. Había acabado el contrato e Isabel avisó a los inquilinos de su decisión.
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“Algunos se marcharon pero queda uno, que se niega a abandonarlo. No paga el alquiler y tampoco se puede poner a la venta porque no lo desocupa”, nos cuenta Loli Andrés, prima de la anciana.
Isabel, desesperada, incluso envió un burofax en junio de al año pasado, advirtiéndole que debía abandonar la casa. Pero el aviso tampoco convenció al inquilino moroso
La familiar de Isabel asegura que está situación ha provocado en la anciana una depresión que está acabando con su salud.
“Era una mujer muy activa y en cuestión de nada ha caído en picado. Le han diagnosticado un cuadro depresivo ansioso y han tenido que ingresarla varias veces. Esta situación está acabando con ella”, se lamenta Loli
No puede pagar la residencia
El inquilino okupa pagaba a Isabel 570 euros de alquiler al mes y ya debe más de 6.000. Un ingreso que la mujer ha dejado de percibir y es esencial para costear los gastos de su actual residencia.
“De momento, nos dicen en el centro que no hay problemas, pero, si cambian de opinión, ¿qué hace? Está muy preocupadas. Era una mujer muy viva y mírala ahora, ha perdido la alegría de golpe ”, explica Loli
Los vecinos del edificio apoyan a la anciana. “No hay derecho, tenía su piso humilde y ahora quería venderlo para pasar sus últimos años en una residencia. No tienen corazón ni empatía”, afirma uno de ellos
Loli no quiere darse por vencida. “Denunciaremos hasta que se vaya. No se puede consentir esta injusta con mi prima”.