Empresas químicas de Euskadi advierten que la huelga de transporte afecta a la distribución de sus productos


El sector advierte que el paro está afectando al suministro de gases medicinales y de gas natural a las viviendas
Tampoco pueden abastecer a los consorcios de aguas de los productos necesarios para el tratamiento de aguas residuales
“Las consecuencias para la población suponen riesgos mucho más graves que cualquier reivindicación económica”, afirman
“El bloqueo del transporte por carretera está llevando a situaciones extremas a actividades que fueron declaradas como esenciales incluso durante el confinamiento derivado de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 y puede provocar daños irreparables para la sociedad”, advierte Luis Blanco Urgoiti, secretario general de AVEQ-KIMIKA, asociación de empresas químicas de Euskadi.
Esta industria provee, por ejemplo, de los productos esenciales para poder suministrar agua potable a la población o para tratar las aguas residuales a las estaciones depuradoras de los consorcios de aguas y ayuntamientos. “Son instalaciones que no pueden detenerse en ningún caso” por “el riesgo sanitario y medioambiental que puede generarse”, señala Blanco.
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Aún es más peligrosa la interrupción del suministro de gases medicinales para hospitales, o la llegada a estos centros de productos de limpieza. La distribución de gas natural a las viviendas también se está viendo afectada por una huelga que cumple ya cuatro días de paro.
“La coacciones deben ser controladas"
“La coacciones y actuaciones de grupos violentos incontrolados, siempre rechazables, deben ser controladas por las autoridades y garantizar la libertad de circulación y con ella, los servicios básicos para la seguridad, la salud y el bienestar esencial de la población” porque no distribuir estos productos “suponen riesgos mucho más graves que cualquier reivindicación económica, por muy justificada que sea”, advierten.
Además, el sector químico reconoce que “no pueden detener su producción sino a costa de grandes pérdidas, sufriendo un daño que, sumado al precio de la energía y las grandes incertidumbres a las que nos enfrentamos, puede poner en peligro muchas empresas industriales y miles de puestos de trabajo”. Esta industria da empleo directo en Euskadi a unas 7.700 personas.