La Ertzaintza registra junto al presunto asesino en serie de Bilbao la vivienda donde residía en Irún

Al parecer el sospechoso residía en Irún desde febrero
Allí vivía con su novia y trabajaba en una pollería
El detenido ha sido trasladado por la Ertzaintza al registro de la vivienda
Por primera vez hemos visto al sospechoso de matar a cuatro hombres, a los que había conocido en una red de contactos para homosexuales, en Bilbao. Ha sido a última hora de la mañana de este viernes 9 cuando Nelson David Moreno Bolaños ha acompañado a los agentes que investigan el caso hasta el domicilio en el que, al parecer, residía desde el pasado mes de febrero en Irún. En la localidad guipuzcoana vivía, trabajaba en una pollería y tenía a su compañera sentimental. Lo confima la madre de la chica: "Llevan juntos desde el pasado verano".
Vestido con pantalones azules y una sudadera negra, ha llegado con la cabeza cubierta por la capucha y una mascarilla blanca que impedía verle el rostro. Sobre él pesaba una orden de búsqueda y captura desde diciembre, sin embargo la presión se había ido intensificando para Nelson David Moreno Bolaños durante los últimos días. Su rostro y su nombre comenzaban a circular por internet y por los medios de comunicación. Finalmente, el hombre más buscado se entregaba en una comisaría de la Ertzaintza en Irún. "Se entregó ayer a la policía porque cuando vio su foto en los medios sintió que tenía que ir a comisaría para negar los hechos", explica la madre de su novia.
Se entrega para "colaborar"
El joven de 26 años y origen colombiano acudió de forma voluntaria a las dependencias policiales con el objetivo de "colaborar" tras ver su fotografía en las redes sociales. Nelson David Moreno Bolaños, con antecedentes por estafa en Madrid y Valencia, habría negado ser el autor de las muertes de cuatro hombres, que según la investigación policial se habrían producido con un mismo 'modus operandi'.
Cuatro son las muertes que están judicializadas pero este presunto asesino en serie podría estar relacionado con otras cuatro muertes que la Ertzaintza investiga ahora por si guardan un patrón común con las anteriores.
El caso se destapó tras la denuncia del hermano de una de las víctimas mortales. Todo apuntaba a que Josu había fallecido por causas naturales, pero días después de su muerte alguien había vaciado sus cuentas bancarias. Esta revelación puso a los investigadores sobre la pista de un posible crimen. Analizaron las muestras de sangre conservadas tras la autopsia y confirmaron que el fallecido había ingerido éxtasis líquido, una droga incapacitante. No había sido, como parecía, una muerte de origen natural.
Los agentes comenzaron a sospechar de, al menos, otras tres muertes que guardaban un patrón común. Todos ellos pudieron en realidad ser víctimas de un asesino en serie con el que habían contactado a través de una aplicación de contactos para homosexuales, después de ganarse su confianza, les drogaba para anular su voluntad con la intención de robarles.