Euskadi rebaja las previsiones de crecimiento económico de 2022 por el conflicto bélico en Ucrania


El Ejecutivo prevé que “inevitablemente” la guerra afecte a la evolución de la economía vasca
La estimación inicial el pasado diciembre era crecer un 6,7% en 2022
La tasa de crecimiento de 2021 fue del 5,6, la más elevada desde 1998
El Departamento de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco se verá obligado a revisar las previsiones de crecimiento económico para 2022 en Euskadi debido al conflicto bélico en Ucrania, que "inevitablemente" afecta a la evolución de la economía de la Comunidad Autónoma. En diciembre, El Gobierno Vasco estimaba que aumento sería del 6,7%, pero la guerra ha trastocado sus planes.
Así se desprende de la valoración que el Departamento ha realizado de las cuentas económicas trimestrales del cuarto trimestre de 2021 de Eustat, que confirman el crecimiento para el año pasado en el 5,6 %, la tasa más elevada desde 1998, tal y como estimó el Departamento de Economía y Hacienda.
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Además, la cifra interanual para el cuarto trimestre era, en la previsión, del 4,6 %, tan solo una décima inferior al dato ahora conocido. Sin embargo, los acontecimientos bélicos que se han producido entre Rusia y Ucrania "obligan a realizar una valoración de 2022 diferente a la que se hizo en diciembre", según han indicadoel cnsejero Pedro Azpiazu.
"La expansión vivida en 2021 por la economía de la CAV ha sido muy importante y algo superior a la media de los países europeos, que incrementaron su PIB un 5,2% en media anual. A pesar de ello, todavía no se ha recuperado el PIB previo a la pandemia, algo que se espera conseguir en el segundo trimestre de este año" señalan desde el ejecutivo.
Las dificultades que habrá que afrontar para conseguirlo, ha señalado la Consejería, son "muchas y de gran entidad: el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el control de la pandemia y futuras variantes, la falta de suministros, que puede acentuarse como resultado del conflicto, y la elevada inflación, que ya no se vislumbra como un fenómeno pasajero, sino que puede perdurar más de lo inicialmente esperado, debido, precisamente, a los efectos de la guerra sobre los precios energéticos (gas y petróleo) y porque puede ahondar la escasez de materias primas para la industria y la agricultura", ha señalado Azpiazu.