El 'efecto mariposa' de los parones en la producción de Mercedes Benz en Vitoria afecta ya a 600 proveedores

Algunas de las 600 empresas proveedoras ya han empezado a aplicar ERTEs
Mercedes encandenará tres semanas seguidas con la producción parada
La industria auxiliar se resiente desde que en marzo comenzaran los parones de producción
La influencia que la planta de Mercedes Benz en Vitoria tiene en el sector de la automoción vasco es muy grande. Tanto que los continuos parones, que desde marzo viene sufriendo la producción de la factoría de la multinacional alemana, están empezando a pasar factura a casi 600 empresas que proveen a Mercedes.
La crisis en el abastecimiento de componentes ha obligado a la planta de Mercedes Benz en Vitoria a ir parando su producción, en función de la llegada o no de suministros. El último parón, el más largo, ha dejado en casa a 5.000 trabajadores de la planta durante los primeros días del mes de septiembre. Se estima que del lunes 30 de agosto al viernes 3 de septiembre se dejaron de producir cerca de 2.840 furgonetas. Una parada en la producción que se va a alargar como mínimo hasta el lunes 20 porque la dirección de la fábrica ya ha anunciado que la próxima semana no se va a retomar la producción. Eso supone tres semanas seguidas de inactividad total.
MÁS
Malas noticias: tres semanas de parón
El 'efecto mariposa' de los parones en Mercedes ha empezado a salpicar ya a más de medio millar de empresas auxiliares que se han visto obligadas a aplicar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs) a sus trabajadores.

Los proveedores de Mercedes, algunos de ellos fabricantes de salpicaderos o de los asientos de las furgonetas alemanas, han estado cruzando los dedos hasta el último momento a la espera de buenas noticias. Confiaban en que la dirección de Mercedes comunicara este miércoles 8 de septiembre al comité de empresa que a partir del próximo lunes 13 se recuperaba la producción. Sin embargo, han recibido un jarro de agua fría al enterarse de que se van a encadenar tres semanas seguidas de parada en la producción. La ausencia de los chips de los controles de estabilidad, claves en el frenado y la seguridad de los vehículos les obliga a continuar parados.
A la crisis mundial por la falta de semiconductores se ha sumado ahora el atasco en la fabricación de microchips en Malasia o Vietnam, dos de los principales productores azotados brutalmente por la pandemia.