Aplazada al 6 de junio la declaración de los tres supervivientes del Villa de Pitanxo

La Audiencia Nacional ha retrasado del 31 de mayo al 6 de junio la declaración de los tres únicos supervivientes del naufragio
El patrón del buque, Juan Padín, es el único investigado en la causa por 21 delitos de homicidio por imprudencia grave
El sobrino del patrón y el marinero ghanés declararán como testigos
La Audiencia Nacional ha aplazado hasta el próximo 6 de junio la declaración de los tres supervivientes del Villa de Pitanxo por lo que, en lugar de acudir a declarar el próximo martes, 31 de mayo, como estaba previsto, lo harán el lunes de la semana siguiente a partir de las 09,30 horas.
Este aplazamiento se produce tras la petición de una de las procuradoras para poder preparar el interrogatorio, según ha detallado la Audiencia Nacional en una providencia.
El tribunal ha establecido que los tres supervivientes de la tragedia tendrán que declarar de forma presencial en Madrid, tras rechazar hacerlo por videoconferencia como se había solicitado.
El patrón del Pitanxo, único investigado
La semana pasada, la Audiencia Nacional convocó a declarar como investigado al patrón del pesquero gallego, Juan Padín, en su Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid, después de que dicho tribunal diese por personados a varios de los familiares de las víctimas.
El patrón del buque será el único de los tres supervivientes que declarará como investigado en la causa. Ese mismo día lo harán en calidad de testigos su sobrino, Eduardo Rial y el marinero Samuel Kwesi, cuya versión sobre lo ocurrido en esta catástrofe marítima difiere de la ofrecida por Padín y su sobrino.
Competencias de los tribunales
La Audiencia Nacional todavía no se ha declarado competente para investigar la causa, aunque sí ha dado un paso más en las diligencias. Según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, sí le compete comenzar dichas diligencias debido a que tiene conocimiento de la causa, sobre todo las urgentes.
Posteriormente, se realizarán los trámites para decidir quién es el juzgado competente, que previsiblemente será el Tribunal Supremo quien lo señale.
21 delitos de homicidio por imprudencia grave
El juez Ismael Moreno asegura en un auto la existencia de indicios que permitirían imputar "al menos 21 delitos de homicidio por imprudencia grave y contra los derechos de los trabajadores" al patrón del pesquero gallego, que naufragó el pasado mes de febrero a 450 kilómetros de la costa de Terranova (Canadá).
La versión ofrecida por Juan Padín ha sido puesta en duda por la Audiencia Nacional, al indicar que la velocidad del buque a las horas de la tragedia "suscita dudas" sobre la declaración del capitán acerca de la parada de los motores por avería como causa determinante de la escora y posterior hundimiento del barco.
Todo ello después de que Padín asegurase que sobre las 4 de la madrugada se habría detenido el motor del barco, lo que dadas las condiciones meteorológicas que había en ese momento determinó la sucesiva entrada de agua por la aleta de babor, ocasionando una cada vez mayor escora.
Vista la situación el declarante aseguró que dio a la tripulación la señal de abandono del buque previa colocación del traje de supervivencia y chaleco salvavidas. "Ya con todo colocado nos disponemos al arriado de la balsa de babor", añade el capitán, que deja encargado al primer oficial, por cuanto él se dirige a arriar la balsa de estribor, lo que consigue y embarca la tripulación. Eduardo Rial, sobrino del patrón y otro de los supervivientes, ofreció una declaración similar a la de su tío.
Cambio de versión
El marinero ghanés Samuel Kwesi, el tercer superviviente, explicó inicialmente que al pararse el motor el barco quedó a la merced de las olas, lo que, unido al peso del aparejo, hizo que entrara mucha agua y se escorara hacia babor. Entonces oyó al capitán ordenar que subieran al puente, lo que hizo sin el traje de supervivencia al no darle tiempo.
Sin embargo, en una posterior declaración, dio una versión "absolutamente distinta" de los hechos. Él señaló que el motor no se paró, sino que las maquinillas que recogen el aparejo dejaron de funcionar bien, tensando pero no recogiendo y provocando la escora.
Por ello, le gritaron al capitán que soltara los aparejos, pero este se negó. Después, con el buque muy ladeado, se paró el motor y se incrementó la escora de babor. Samuel subrayó que en ningún momento el capitán dio orden de ponerse los trajes salvavidas aunque se sorprendió por que el patrón y su sobrino sí los llevaban.