Marko, el bebé ucraniano nacido en Ourense tras huir su madre de la guerra


Iryna huyó de Ucrania embarazada de seis meses y con sus hijos de 8 y 10 años
Acaba de tener a su tercer hijo en Ourense, donde también vive su madre
Su marido no ha podido conocer al niño porque no puede salir de Ucrania
Iryna nunca imaginó que el nacimiento de su tercer hijo fuera a ser así. Huyó de Ucrania el pasado mes de marzo, cuando comenzaron los bombardeos en la ciudad de Lutsk, donde vivía. Decidió que tenía que ponerse a salvo junto a sus hijos así que, tras las primeras explosiones, cogió su coche y partió rumbo a Polonia.
Dejó atrás a su marido, que no podía salir del país, y condujo, embarazada de seis meses y con sus hijos Danilo, de 10 años y Eva, de 8, durante kilómetros hasta llegar a la frontera. Desde allí cogió un avión. Sus padres, que residen en Galicia, habían comprado los billetes.
A sus 36 años ha vivido este viernes un momento muy especial, lejos de su marido y de su país. Iryna daba a luz a Marko, su tercer hijo, en el Complejo hospitalario universitario de Ourense (CHUO).
Tiene el apoyo de sus padres, que viven en Ourense
Tanto el pequeño Marko como Iryna están perfectamente, y la abuela está encantada de poder tener cerca a su hija y a sus nietos. Ella hace de intérprete porque llegó a España hace años, emigró en busca de un futuro mejor. Entonces Iryna, que tenía 17 años, prefirió quedarse en Ucrania con sus tíos. Ahora, las circunstancias la han obligado a dejar su país. Por eso dice que dentro de lo que cabe, han tenido suerte, ya que ha podido apoyar a su hija en estos momentos. Pero hubiera deseado que las circunstancias fueran diferentes y haberse desplazado ella a Ucrania para conocer a su nuevo nieto.
“Sobre todo el niño está un poco triste, por su padre y por los amigos que tuvo que dejar allí”, cuenta Mariya, la madre de Iryna. “Pero se sienten muy arropados en Galicia, muy agradecidos por la amabilidad y la solidaridad de la gente”, añade. Iryna, que solo lleva aquí dos meses y apenas habla español, sí ha aprendido a decir “muchas gracias”, una frase que repite una y otra vez. Está muy agradecida al equipo de médicos y enfermeras del hospital, que hicieron que el nacimiento de su hijo lejos de su marido y de su país fuera lo mejor posible.
Ahora le toca recuperarse y ya piensa en volver a Ucrania cuando la situación esté un poco más tranquila.