Una aerolínea impide volar a un enfermo de ELA por el peso de su silla de ruedas: “Es inhumano”


José Bañón iba a coger un vuelo desde A Coruña, pero se quedó en tierra por superar en 10 kilos el límite permitido
Este enfermo de ELA sostiene que comunicó previamente a la compañía el peso de su silla y no le pusieron problema
Pero cuando llegó al aeropuerto, no pudo subir al avión: “Me dijeron que le sacase alguna pieza a la silla para volar al día siguiente”
José Bañón todavía no sale de su asombro. Aún no se ha recuperado de la frustración que le supuso el trato nada humano que le ofreció una aerolínea con la que pensaba viajar desde A Coruña hasta Valencia con escala en Madrid. La compañía no le permitió volar porque su silla de ruedas excedía en 10 kilos el límite máximo de peso permitido.
“Me sentí humillado”, asegura este enfermo de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). José había comunicado previamente a la compañía en cuestión, Air Europa, cuál era el peso de su silla. Quería asegurarse de que no existía ningún problema. “Llamé el día 2 de junio para decirles que pesaba 160 kilos y en ningún momento me dijeron que el límite para facturar era de 150”, asegura.
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Sin embargo, cuando este domingo se disponía a viajar desde el aeropuerto de Alvedro, en A Coruña, para volver a la ciudad en la que reside, Valencia, se encontró con que no le dejaban volar con su silla. “La única solución que me dieron fue que me quedase a dormir una noche más en A Coruña y que le quitase a la silla alguna pieza para que pesara menos”, cuenta todavía incrédulo con la propuesta.
"¿Cómo se puede tener la poca humanidad de dejar a una persona enferma en tierra por 10 kilos de peso en un avión que, además, iba casi vacío?” ¡Ni que por 10 kilos de peso se fuera a caer el avión!, exclama.
Cuatro horas esperando una solución en el aeropuerto
José tiene 55 años y hace cinco que le diagnosticaron ELA. En contadas ocasiones sale de la ciudad en la que reside. Pero el viaje a A Coruña le ilusionaba e hizo un esfuerzo. “Yo fui maquinista y había un encuentro con motivo del 37 aniversario de mi promoción”, cuenta. Se desplazó a Galicia con su mujer, que es su cuidadora, y dos amigos.
Ese viaje especial se vio tristemente empañado por lo que ocurrió cuando se disponía a regresar a casa. Porque lo que para cualquiera hubiese sido ya un trastorno importante, para él fue un auténtico infierno. “Un enfermo de ELA no puede estar en la misma posición más de dos horas porque se llaga por todas partes y los dolores musculares son insoportables”, explica. Él estuvo cuatro horas sentado, esperando por una solución, en la sala de espera del aeropuerto.
Por suerte, al final, pudo conseguir cuatro billetes para volar con Iberia hasta Madrid ese mismo domingo a mediodía. Después, un amigo le reservó cuatro plazas en el AVE para llegar hasta Valencia. La alternativa le supuso un desembolso de más de 1.000 euros y un esfuerzo sobrehumano.
Una denuncia para que esto no se vuelva a repetir
José quiere que toda España se entere de lo que le ocurrió y, por eso, un amigo le ayudó a difundir lo que había pasado a través de las redes sociales. Él no puede mover los brazos y no es capaz de escribir.
@facua @RubenSanchezTW ¿Es normal que @AirEuropa deje en tierra en A Coruña a una persona dependiente enferma de ELA, en un vuelo a Valencia, cuando al comprar el billete declaró el peso de la silla? ¿Hay derecho a esto? pic.twitter.com/Vf2lqVKizC
— Xavi Alias (@xavialias) 3 de octubre de 2022
“Me indigna la falta de solidaridad y lo poco empática que fue la gente con la que traté. Es que no hay derecho a que hagan esto a una persona que está enferma”, afirma. ¡Y por diez kilos de peso!", vuelve a insistir.
José es el tesorero de la Asociación Valenciana de Esclerosis Lateral Amiotrófica (Adela). Cuenta que ha puesto ya una reclamación a la Xunta, otra a AENA y, por supuesto, a la compañía Air Europa, de la que espera el reembolso de su billete. Ahora pondrá una queja formal en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. “En el siglo XXI es denigrante e inhumano que ocurran estas cosas y no se pueden permitir”, recalca.