Un estudio sobre la actividad sexual de las anchoas en Bueu y las turbulencias en el mar gana un IG Nobel


El estudio científico se realizó en la costa de Bueu (Pontevedra) en el año 2018
El trabajo demostró que la vida marina puede influir en la turbulencia oceánica
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Un estudio científico realizado en aguas de Bueu (Pontevedra) y basado en la actividad sexual de las anchoas acaba de ser premiado con un IG Nobel.
Estos galardones, que nacieron como una parodia de los Nobel, seleccionan cada año trabajos serios y rigurosos pero también extravagantes, curiosos e inusuales publicados en todo el mundo. Son estudios que primero hacen reír y, luego, pensar.
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Este en concreto aporta respuestas a la influencia de los seres vivos en los movimientos del mar. Demuestra que los peces son capaces de mezclar las capas de agua y mover los nutrientes.
Los resultados fueron publicados el año pasado en la revista Nature Geoscience, captando el interés de los medios anglosajones. El titular de que una orgía de anchoas provocaba marejadillas era, sin lugar a dudas, llamativo.
Ahora este trabajo liderado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Universidade de Vigo ha recibido uno de los diez premios IG Nobel en su 33 edición, en concreto en la categoría de Física.
Así se llegó a la conclusión
A este descubrimiento científico se llegó de forma fortuita en el verano de 2018. El equipo de investigadores realizaba un trabajo de campo por la ría de Pontevedra, por la ensenada de Bueu, a bordo del buque Ramón Margalef del Instituto Español de Oceanografía (IEO).
El equipo internacional, del que formaban parte investigadores del Centro de Investigación Mariña de la Universidad de Vigo, buscaba comprender cómo afectaban las turbulencias a la vida marina. Pero la casualidad hizo que acabasen demostrando que la vida marina puede influir en la turbulencia oceánica.
Durante las tres semanas que estuvieron a bordo del buque observaron que cada noche, sobre la misma hora y en la misma zona, se incrementaban las turbulencias en el agua. Desde unos 10 a 30 metros de profundidad había unos movimientos muy intensos, comparables a los que puede generar una tormenta sobre la superficie de un océano.
Utilizando la información acústica de la ecosonda y las muestras recogidas con redes, el equipo pudo atribuir esa turbulencia a la presencia de anchoas que se concentraban por las noches en ese punto. Las anchoas se juntaban para aparearse, soltando, en ese proceso, huevos y esperma.
¿A qué afecta la actividad sexual de las anchoas?
El estudio reveló que esa actividad sexual grupal de las anchoas era la que provocaba las turbulencias en el mar, generando un ecosistema marino más saludable.
Porque esa orgía de anchoas podía afectar a la redistribución de la temperatura, nutrientes y gases disueltos, como el oxígeno, que juegan un papel fundamental en el funcionamiento del ecosistema del que dependen los propios peces.
El estudio era capaz de demostrar, por lo tanto, la capacidad de los organismos vivos para influir y remodelar el medio físico en el que viven.
“Todo el equipo está muy contento porque el galardón se debe a que el estudio genera un interés más allá de la comunidad científica especializada”, ha explicado Beatriz Mouriño, investigadora de la Universidad de Vigo, tras recibir el galardón.
El artículo está firmado por Bieito Fernández Castro, de la Universidad de Southampton, como primer autor, junto con los investigadores del Grupo de Oceanografía Biológica del CIM-UVigo Beatriz Mouriño, Esperanza Broullón y Antonio Comesaña; Marian Peña, del Centro Oceanográfico de Baleares; Enrique Nogueira, del Centro Oceanográfico de Vigo (IEO, CSIC); Miguel Gil Coto, del Departamento de Oceanografía del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC); Damien Bouffard, del Swiss Federal Institute of Aquatic Science and Technologu y Alberto C. Naveira, de la Universidad de Southampton.