El otro Amancio famoso en A Coruña también tiene despedida sorpresa por su jubilación

Si hablamos de un Amancio famoso, sin duda, ese es el fundador de Inditex, Amancio Ortega. Pero ahora en A Coruña hay otro célebre Amancio, de apellido López. Lleva más de 40 años trabajando al volante de una furgoneta de reparto y para los clientes a los que llevaba y recogía paquetes se había convertido en una persona especial.

Por eso, cuando se enteraron de que se iba a jubilar decidieron que tenían que hacer algo como despedida. Y organizaron una sorpresa. La idea surgió de María Gagino y Susana Ríos. Ambas tienen negocios en el centro de A Coruña y lo conocen desde hace años. “No queríamos que su último día fuera uno más, queríamos demostrarle nuestro cariño”, explica María.

Pensaron que se merecía un homenaje como el que le dieron a su tocayo, el fundador de un imperio de moda, cuando cumplió 80 años. No fue tan espectacular, pero lo sorprendieron con la misma música que sonó en la sede de Inditex para Amancio Ortega. Con ‘Celebration’ de fondo, confeti y abrazos, dejaron al Amancio repartidor mudo. “No se lo esperaba para nada, estaba un poco sobrepasado“, cuenta Susana. Ahora no solo les une el nombre, también haber recibido un homenaje que se ha hecho viral.

El vídeo que subieron a sus redes con la despedida pronto comenzó a sumar visualizaciones, así que al día siguiente, que era el último en el que Amancio trabajaba, muchos comerciantes estaban ya advertidos de que su repartidor favorito no iba a ir más por allí y quisieron decirle adiós como merecía.

Las dependientas de una tienda de ropa salieron armadas con pancartas cuando llegó con su furgoneta. Amancio no daba crédito. Recibió botellas de vino y otros regalos. No paraba de dar las gracias, pero también insistía en que tenía que seguir con su reparto, no quería retrasarse en su último día.

Él ni siquiera tiene whatsapp, mucho menos redes sociales, pero le han contado que el vídeo en el que él es protagonista lo han visto miles de personas. Y lo nota porque ahora incluso lo paran por la calle, es el jubilado de moda en la ciudad.

No solo sus clientes lo despidieron con cariño. Cuando llegó a la nave central de su empresa sus compañeros lo esperaban haciendo un pasillo. Hubo también aplausos, confeti y muchos abrazos.

Fue el pasado viernes cuando entregó sus últimos paquetes, pero volvió con su furgoneta de Seur llena, de los regalos que le entregaron sus clientes y del cariño que le demostraron.

Aunque quienes lo conocen dicen que es algo gruñón y cascarrabias, reconocen que es muy entrañable y se ha ganado el cariño de todos. Sin duda, ha dejado huella.