Ibrahima y Magatte, los dos senegaleses que ayudaron a Samuel, consiguen trabajo en una fábrica de puertas


Un empresario sobrecogido por la humanidad de estos dos jóvenes ha decidido contratarlos en su empresa de Oza Cesuras (A Coruña)
Los dos chicos fueron las únicas personas que auxiliaron a Samuel Luiz durante la agresión mortal ocurrida en julio en A Coruña
“Para ellos, tener un trabajo en España es un sueño hecho realidad”, cuenta a NIUS el empresario que les ha dado empleo
Ibrahima y Magatte llevan unos días trabajando entre máquinas y madera. Se dedican a fabricar puertas, molduras, cajoneras y rodapiés en una fábrica de Oza Cesuras (A Coruña). Los dos senegaleses que intentaron proteger a Samuel Luiz, el joven de 24 años asesinado a golpes en A Coruña, han iniciado una nueva vida.
La oportunidad se la ha dado Javier Paz. Él es un empresario coruñés que vive a dos calles de donde se produjo el crimen. La historia de arrojo y humanidad de estos dos jóvenes africanos le conmovió tanto que pensó que tenía que hacer algo para ayudarlos. En cuanto vio que el Gobierno trabajaba para regularizar la situación de ambos en España, Javier les propuso trabajar en su empresa.
“No sabía cómo localizarlos y llamé a una radio para que les llegase mi propuesta”, cuenta este empresario a NIUS. En agosto se reunió con ellos, los conoció y decidió contratarlos de inmediato. La suya era la única oferta firme que tenían.
Una semana trabajando en la fábrica
Ibrahima y Magatte llevan una semana en la fábrica. En Senegal habían trabajado en el sector de la pesca. En España se dedicaban a la venta ambulante. Nunca antes habían trabajado con la madera. “Son personas humildes, muy trabajadoras y, lo más importante, con muchas ganas de aprender”, cuenta Javier. “Me consta que están más contentos aquí que trabajando en el mar”, añade.
No son los dos únicos que han empezado este 1 de septiembre en esta empresa que fabrica piezas de madera, entre otros, para el gigante Inditex. Otro compatriota senegalés, residente en Betanzos (A Coruña), también ha sido contratado. Tras alojarse unos días en una pensión, ahora vivirán en un piso situado en esta localidad coruñesa. Se desplazarán a diario a Oza Cesuras, a unos 25 kilómetros de distancia, para trabajar. Después de que Javier los llevase en su coche los primeros días, ahora es un compañero quien los lleva.
Ninguno de ellos quiere hablar con los medios de comunicación. Prefieren mantenerse al margen del foco mediático mientras avanzan las investigaciones relacionadas con el crimen de Samuel. Ambos tuvieron un papel muy importante en la madrugada de la salvaje agresión. Intentaron auxiliar al joven desde que se dieron cuenta de que estaba siendo agredido hasta el final de la paliza, cuando se desplomó en el suelo de la avenida coruñesa de Buenos Aires. Al defenderlo, los dos expusieron su vida. Luego, y no dudaron en acudir a la Policía Nacional a testificar, a pesar de que se encontraban en situación irregular en España.
Un sueño tener un trabajo en España
Ibrahima y Magatte se muestran enormemente agradecidos por la oportunidad que les ha brindado este empresario. “No se cansan de darme las gracias. Para ellos es un sueño hecho realidad el tener un trabajo en España”, reconoce Javier. La gratitud llega, también, desde Senegal. “Sus familias hasta quieren que viaje al país para conocerme”, dice este empresario, cuya satisfacción personal es proporcional a la alegría de los senegaleses.
Buenas noticias para Magatte e Ibrahima y, también, para Javier. “Me consta que el trabajo les gusta y yo estoy orgulloso de tener a personas como ellos en mi equipo”, concluye.