Presos de una prisión catalana hacen el Camino de Santiago dando 4.200 vueltas al patio


Este particular peregrinaje se realizó a iniciativa de un preso del centro penitenciario Brians II, situado en Barcelona
Con el beneplácito de la dirección y la supervisión del capellán, caminaron los 1.300 km que hay desde allí hasta Compostela sin salir de la cárcel
Un preso del módulo cinco del centro penitenciario Brians II, en Barcelona, tuvo la idea el año pasado. Le comentó al capellán de la prisión que quería hacer el Camino de Santiago en el Año Xacobeo. “Pensé que era una broma. Le dije: no te van a dejar salir para hacerlo”, cuenta a NIUS Xavier Rodríguez Callao, el religioso. El interno le respondió que podía hacer el peregrinaje sin traspasar los muros de la cárcel, dando vueltas al patio.
La idea de este recluso recibió el beneplácito de la dirección de la prisión y no solo eso, sino que logró que otros presos se apuntasen al reto. Con la ayuda del capellán, calcularon la distancia que existía entre Brians II y Santiago de Compostela. “Comprobamos que había unos 1.300 kilómetros”, cuenta Rodríguez Callao. Luego midieron el patio, más reducido que un campo pequeño de fútbol. “Las cuentas decían que para caminar esa distancia tenían que dar 4.200 vueltas al recinto”, asegura.
MÁS
Una vuelta inaugural “solemne”
La primera vuelta de este Camino de Santiago en la cárcel la dieron el 25 de julio de 2020, coincidiendo con el Día del Apóstol Santiago. El objetivo era llegar antes del 25 de julio de 2021. “Hicimos una liturgia de la palabra y un acto de bendición de los peregrinos. Yo iba vestido con el alba y la estola, para hacerlo lo más solemne posible”, cuenta. El capellán inauguró la ruta dando la primera vuelta, mientras una decena de presos le seguían.
El resto del recorrido lo realizaron ellos solos, por su cuenta y por etapas. “Cada uno a su ritmo, unas semanas hacían más y otras menos”, asegura. Mientras, el religioso tomaba nota de las vueltas que iban dando. “Me emocionó bastante ver esa constancia que ellos tuvieron. En la cárcel hay quien da vueltas al patio para desentumecer las piernas, para hacer deporte… Pero hacerlo con el aliciente religioso de ser peregrino en el Año Xacobeo… Es algo que reconforta y da ilusión y sentido a la vida”, cuenta. En abril de 2021, tres meses antes de lo previsto, tres de los internos cumplieron el objetivo. En julio, lo hizo otro más.
Las Compostelas llegaron a Brians II
El capellán pensó que la noticia de la gesta de estos internos debía llegar hasta Santiago. Por eso, contactó con el director de la Oficina de Acogida al Peregrino, Segundo Pérez, con la intención de comunicárselo. Entonces, este decidió que estos particulares peregrinos eran merecedores de recibir el certificado que acredita su llegada a Compostela.
Esas certificaciones llegaron a los presos el pasado 25 de julio, coincidiendo con el Día del Apóstol Santiago. “Salieron al patio con la Compostela y se la enseñaban a creyentes, a no creyentes, a los funcionarios… Aquello se convirtió en una especie de festejo”, relata.

La idea se trasladó a Lledoners
El preso que lideró este reto no vivió la entrega de Compostelas junto al resto de internos. Tampoco pudo terminar el Camino en Brians II. Antes de llegar a la meta fue trasladado a otro centro penitenciario catalán, al de Lledoners. “Me han contado que allí también organizó un Camino de Santiago”.
Su propuesta en esta prisión volvió a tener éxito. “Siguieron el mismo método que nosotros y varios también han cumplido el reto dando vueltas al patio”, cuenta el capellán. A Lledoners también han llegado, desde Santiago, las correspondientes Compostelas que acreditan el peregrinaje.