El GPS del nadador arrollado por una lancha en Sanxenxo determina que estaba en zona de baño


Juan Tábara, un reputado médico coruñés, murió arrollado por una lancha mientras nadaba a 188 metros de la costa
La Guardia Civil investiga si la lancha iba a una gran velocidad por la zona de baño, como afirman testigos
Las embarcaciones no pueden sobrepasar los tres nudos cuando están a menos de 200 metros de la costa
La Guardia Civil continúa investigando el accidente fatal que el pasado Viernes Santo le costó la vida a Juan Manuel Tábara, un reputado oftalmólogo coruñés de 59 años. El médico fue arrollado por una lancha en la playa de Silgar, en Sanxenxo (Pontevedra), mientras nadaba con un amigo.
Ese amigo, Enrique Vila, cuenta que ambos se encontraban en esta localidad pontevedresa pasando la Semana Santa junto a la familia. Aficionados a las travesías a nado, ambos habían decidido ese viernes por la tarde ponerse el neopreno y salir a nadar como lo hacían casi a diario.
Llevaban gorros de color llamativo y la reglamentaria boya de señalización para alertar de su presencia a las embarcaciones. También, ambos llevaban relojes GPS para marcar el entrenamiento y controlar la distancia con respecto a la costa. Según Enrique Vila, ese dispositivo marca que cuando Juan Tábara recibió el golpe se encontraba nadando a 188 metros de distancia de la costa.
Un dato importante para la investigación
El dato que aporta ese GPS podría ser clave para la investigación que está llevando a cabo la Guardia Civil, ya que confirmaría que la lancha que lo arrollo habría invadido la zona de baño.
Como explica Nuria Rodríguez, presidenta de la Federación de Salvamento y Socorrismo de Galicia (FESSGA), la normativa dice que las embarcaciones tienen que estar separadas al menos 200 metros de la costa y que, en caso de tener que acercarse a ella, tienen que navegar a menos de tres nudos para, precisamente, evitar posibles accidentes con bañistas.
Sin embargo, testigos que se encontraban esa tarde disfrutando de un día de playa en Sanxenxo sostienen que la lancha que golpeó y ocasionó la muerte del médico coruñés iba a una velocidad muy elevada. El propio Enrique Vila sostiene que todo sucedió muy rápido.
“Cuando salimos solo había un velero fondeado y mi sorpresa fue que al llegar al punto de ese velero me avisaron de que mi compañero ha sufrido un accidente, que una embarcación le había pasado por encima. Yo no daba crédito porque no veía ninguna embarcación por allí”, cuenta Vila. Tras pedir auxilio, un yate se acercó al lugar en el que se encontraban y lograron subir al médico a bordo. Sin embargo ya no había nada que hacer, ya que había fallecido en el acto.
La embarcación que arrolló a Juan Tábara es una lancha rápida que puede alcanzar velocidades de hasta 150 kilómetros por hora –unos 80 nudos-. Se sospecha que quienes manejaban esa lancha podrían estar entrenando para una competición de carreras.
La Guardia Civil toma declaración a testigos
La Guardia Civil está tomando declaración a testigos y realizando informes para tratar de aclarar las circunstancias en las que se produjo el fallecimiento. Dependiendo del resultado de las actuaciones que se realizan, apuntan, se determinará si existe un posible delito detrás de esta muerte.
Enrique Vila pide que este trágico suceso sirva para que las autoridades extremen las precauciones en las playas y que un accidente de este tipo no vuelva a repetirse. “La imprudencia le ha costado la vida a nuestro amigo, pero no podemos dejar al azar estas cuestiones”, concluye Vila.