El aristócrata del crimen de Serrano tenía una orden judicial que le prohibía tener armas


Fernando González de Castejón se suicidó después de matar a su mujer y una amiga
Exponía un arsenal en su salón: el juez ordenará su destrucción al no haber juicio pendiente
Tenía dos denuncias por malos tratos: una de 2009 hacia su madre y su hermana y otra hacia su mujer de 2018
Fernando González de Castejón y Jordán de Urríes era el conde de Atarés y marqués de Perijá y así lo hacía saber. Sus vecinos le definen como un hombre prepotente, excéntrico y agresivo, con el que muchos habían tenido conflictos. Nacido en Madrid el 8 de mayo de 1969, no tenía licencia de armas ni nunca había tenido, aunque exponía un arsenal en el salón de su casa, ubicada en el número 205 de la prestigiosa calle Serrano: pistolas, escopetas de caza, un cuchillo de combate o una navaja automática. Solía utilizarlas para practicar en un patio interior, que había habilitado colocando unas dianas, como si fuera una galería de tiro. Incluso le habían visto paseando con ellas tranquilamente por el barrio, cerca del Estadio Santiago Bernabeu. Los agentes de la Policía Nacional las descubrieron al entrar en su domicilio.
Habían sido alertados por el portero de la finca, que a las diez de la mañana de este lunes llamó al 091 para avisar de que una mujer podía ver a través de su ventana un cuerpo, que estaba tirado en el suelo del primer piso. También les advirtió de los peligrosos juegos del propietario, por lo que los agentes entraron en la vivienda pertrechados con chalecos antibalas. Al irrumpir en la vivienda encontraron al hombre con un tiro en la sien y un arma corta a sus pies. Se había suicidado después de ejecutar a su mujer, Gema Jiménez Vivalda, nacida en Madrid hacía 43 años. Le disparó en la cabeza mientras se encontraba en la cocina y también a una amiga de esta, de 70 años, que según algunos vecinos solía ayudarla con las tareas de la casa y al parecer la había acompañado para recoger sus pertenencias.
Gema llevaba tiempo queriendo separarse de él. Les habían escuchado discutiendo de madrugada. Algún inquilino también pudo escuchar ruidos. En junio de 2018 ella le había denunciado por malos tratos y agentes de la comisaría del distrito de Chamartín se lo llevaron arrestado. La víctima acabó retirando la denuncia porque había sufrido amenazas por parte de él. Por eso no tenía ninguna medida judicial vigente. El matrimonio tenía en común una hija de 10 años. La mujer había viajado este fin de semana con ella a París para que conociera Eurodisney y habían regresado antes de lo previsto. La menor se había quedado a cargo de una amiga. Quizás se temía lo que podía ocurrir.
En abril de año 2009 el conde también había sido denunciado por malos tratos hacia su madre y su hermana Victoria, que actualmente tiene 44 años. El juzgado de Instrucción número 2 le impuso una orden de alejamiento hacia ellas y la prohibición de tener armas, algo que desobedeció por completo. La Policía las ha intervenido y después de analizarlas las pondrá a disposición del juzgado que estaba de guardia, que ordenara su destrucción, al no haber juicio pendiente.
El asesino podría haberlas heredado de algún familiar, haberlas adquirido de forma clandestina en el mercado negro o habérselas comprado a un coleccionista. Estas armas debían estar inutilizadas pero podrían haber sido manipuladas para poderlas manejar. Según los vecinos, en los últimos tiempos se le veía como 'enloquecido'. En la pandemia se saltaba las restricciones. Consumía gran cantidad de alcohol y cocaína. Gema intentaba huir de este calvario viajando. Pero no pudo evitar ser víctima de este crimen machista y de violencia vicaria. Ahora habrá que decidir cuál es el destino de la niña que han dejado huérfana.