A juicio por matar a su padre y cortarle las manos y una oreja con tijeras de podar, un hacha y un cuchillo


Lo hizo porque el padre se negó a pasarle una llamada telefónica de "su madre", que se había ido a dormir fuera "asustada"
La Fiscalía pide nueve años y medio de cárcel para él
El hombre sufre un transtorno psicótico por su dependencia de la cocaína y el cannabis, que se considera "eximente incompleta"
La noche del 17 de mayo de 2020, Martín estaba con su padre en el domicilio familiar de Collado Villaba. El ambiente era tenso entre los dos hombres de 43 y 83 años. La madre se acaba de marchar a dormir a casa de otro hijo, "asustada" por el nerviosismo que detectó en Martín, drogodependiente y diagnosticado por un trastorno psicótico, precisamente por sus adicciones a la cocaína.
Poco antes de medianoche, la madre llamó a casa y habló con su marido. Martín pidió hablar con ella, pero el progenitor se negó. A partir de ahí, se inició una discusión a la que el agresor puso fin golpeando la cabeza de su padre "con el soporte del televisor", según el escrito de la Fiscalía, que pide nueve años y media de cárcel para él.
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El relato de los hechos de la Fiscalía explica que, cuando su víctima cayó al suelo, el parricida "comenzó a clavarle una navaja por todo el cuerpo produciéndole multitud de heridas".
Tantas y tan graves fueron las heridas que, en cinco minutos, el hombre murió. Pero Martín no terminó ahí. Cogió unas tijeras de podar, un hacha y un cuchillo y le amputó ambas manos, la oreja izquierda y mutiló los dedos segundo y quinto de la mano derecha, explican los fiscales.
El juicio será este lunes, casi tres años después del asesinato, por el que Martín se encuentra en prisión provisional desde el día siguiente al asesinato y mutilación de su padre.
Eximente incompleta por su trastorno psicótico
Martín, de origen argentino, está diagnosticado de "trastorno psicótico de etiología tóxica, síndrome de dependencia a cocaína y síndrome de dependencia a cannabinoides", es decir que sus adicciones a la cocaína y al cannabis le han generado un problema mental.
En el momento de los hechos, además, presentaba una crisis aguda de ese trastorno, con delirios y alucinaciones auditivas.
Eso, según el Ministerio Público, dejó comprometidos su conocimiento y su voluntad. Por eso, la petición se queda en nueve años y medio de cárcel, ya que se le aplica una eximente incompleta. Es decir, no lo libra de la culpa total, pero sí de una parte.
La eximente incompleta está recogida en el artículo 21 del código penal y es lo que normalmente llamamos atenuante. Si Martín hubiera estado totalmente privado de conocimiento por su brote psicótico, se podría haber acogido a la eximente completa, que le libraría totalmente de responsabilidad criminal. Pero los fiscales consideran que no se dan todos los requisitos para considerarlo falto de juicio total y se limitan a rebajar su petición a esos nueve años y medio de cárcel sobre los que decidirá un jurado.