El clúster valenciano de microchips se une para optar al PERTE aprobado por el Gobierno

El diseño de microchips, tanto fotónicos como microelectrónicos, es la capacidad más destacable del ecosistema valenciano
El grupo valenciano pide invertir los fondos en formación, desarrollo de chips y en la creación de una fábrica de semiconductores
El Valencia Silicon Cluster agrupa multinacionales de desarrollo de microchips establecidas en Valencia junto a universidades e institutos de investigación
Valencia Silicon Clúster es el nombre bajo el que se han unido un grupo de empresas especializadas en el desarrollo de microchips, universidades e institutos de investigación para optar a los 12.250 millones de euros con el que está dotado el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de semiconductores y que ha aprobado este martes el gobierno.
Siete empresas multinacionales especializadas en el diseño de microchips, tanto fotónicos como microelectrónicos, están establecidas en Valencia: MaxLinear, Analog Devices, ams Osram, Bosch, VLC Photonics/Hitachi o Ipronics. "En Valencia se concentran más de la mitad de los trabajadores altamente especializados de este sector", afirma Javier Jiménez, director de ingeniería de MaxLinear.
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Las empresas cuentan con el apoyo estratégico de la Universitat Politècnica de València (UPV), que dispone de una plantilla integrada por 4.500 investigadores, ha dado origen a más de 800 startups y solo en 2021 generó 78 millones de euros de ingresos en I+D+i, y la Universitat de València (UV), en cuyo Parque Científico se integran 76 empresas, con un total de 537 empleos directos con un importe acumulado de contratos, convenios y proyectos superior a los 300 millones de euros.
El nuevo clúster ya presentó el pasado 9 de mayo un documento con sus propuestas a la Dirección General de Industria de la Generalitat Valenciana, propuestas que también han hecho llegar a al Ministerio de Economía.
Para crecer y desarrollar esta industria puntera, desde Valencia Silicon Cluster proponen invertir los fondos del Perte de semiconductores en tres aspectos fundamentales empezando por la formación de ingenieros y trabajadores cualificados ante la escasez de estos perfiles. "Trabajamos con la UPV y la UV para desarrollar nuevas propuestas de estudios especializados en semiconductores para abordar estos retos del futuro", explica Javier Jiménez, que añade que "es necesario atraer talento, tanto de españoles que se fueron al extranjero porque aquí no había trabajo, como de ingenieros extranjeros altamente especializados".
Con estos fondos, el sector pretende seguir desarrollando los proyectos de diseño de microchips, además de desarrollar una industria donde poder fabricar y testear estos chips. "Sería un gran reto, son fábricas muy avanzadas que requieren una gran inversión, pero el beneficio sería muy importante. Esto nos permitiría colocarnos como punto de referencia en Europa, además de otorgarnos una cierta dependencia ante los problemas de escasez de chips que se ha sufrido en los últimos tiempos con la pandemia de covid o ahora con la guerra", señala el ingeniero.
El escrito presentado por el grupo realiza una descripción de la cadena de valor del sector de semiconductores, identifica los principales operadores del ecosistema valenciano en cada uno de sus diferentes niveles y demuestra "cómo su fortaleza se apoya en la clara preponderancia nacional de su capital humano y la presencia territorial de varios líderes internacionales en la etapa de valor más prestigiada y relevante de todo el ciclo de producción de chips: su diseño".
A este respecto, se subraya que la capacidad de diseño de microchips, tanto fotónicos como microelectrónicos, es la capacidad "más destacable del ecosistema valenciano".
Este factor, recalcan, "dota de una sobresaliente cualificación a dicho ecosistema, pues la fase de diseño concentra el 50% de todo el proceso de valor, así como un 53% de toda la I+D de un sector con dosis ya de por sí muy elevadas de intensidad tecnológica".