Juzgan en Valencia a un millonario libanés por ofrecer dinero a personas necesitadas para que le donasen parte de su hígado


Junto a Hatem Akouche, político y millonario libanés, están acusados su hijo, dos sobrinos y otro compatriota
Contactaron con ocho candidatos, a los que llegaron a realizar pruebas médicas, y les ofrecieron dinero y trabajo
Finalmente la donación no se llevó a cabo porque el hijo de Akouche era compatible con él
La Audiencia de Valencia juzga desde este lunes a cinco hombres por, presuntamente, ofrecer dinero o trabajo a personas necesitadas para que alguna de ellas donase parte de su hígado a uno de los acusados, que estaba enfermo y necesitaba un trasplante.
El destinatario del órgano era Hatem Akouche, millonario y politico libanés, fue alcalde de la ciudad de Al Kharayeb.
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Los hechos se remontan a abril de 2013, cuando Akouche, contactó con dos sobrinos suyos que vivían en España y regentaban una empresa en Novelda (Alicante) para que encontraran un donante vivo de hígado, “sabedor del prestigio de esta cirugía en nuestro país”, según relata la Fiscalía en su escrito de acusación.
Tanto los sobrinos como el hijo del enfermo y otro compatriota libanés comenzaron entonces las gestiones para “la materialización de dicho trasplante, con evidente quebranto de la legislación española relativa a la donación de órganos entre vivos”, agrega la acusación pública.
Los ahora juzgados, contactaron con ocho candidatos, personas que eran “especialmente vulnerables tanto por su procedencia como por su penuria económica”. A varios de ellos llegaron a pagarles las pruebas en diferentes clínicas médicas de España para conocer su compatibilidad como donantes con el paciente. Y en muchos casos, siempre según la versión de la Fiscalía, les ofrecieron dinero o trabajo, entre otras prebendas, a cambio de la donación.
La compra del hígado no se realizó
Tras las pruebas médicas, la donación no se llevó finalmente a término porque los candidatos no quisieron asumir el riesgo o no fueron admitidos por los médicos, entre otras razones.
Un hospital de Barcelona hizo una nueva prueba al hijo de Akouche y comprobó que podía ser donante de su padre, por lo que el trasplante entre ambos se realizó finalmente en agosto de 2013.
Sin embargo, el presunto delito de tráfico de órganos ya se había cometido. Hatem no lo sospechaba y volvía a España a una revisión. En la sala vip del aeropuerto de Valencia lo detenían el 30 de enero de 2014.
Unos hechos por los que ya fueron juzgados los cinco acusados, pero la sentencia fue anulada por el Tribunal Supremo.
En este nuevo juicio, el Ministerio Público solicita provisionalmente tres años de prisión para el millonario libanés y siete años para los otros cuatro acusados por un delito de promoción, favorecimiento o facilitación de trasplante ilegal de órganos humanos ajenos.