Ciervos y jabalíes arrasan con los cultivos en pueblos afectados por el incendio de Venta del Moro


Animales salvajes desplazados de las zonas calcinadas de las Hoces del Cabriel buscan alimento en cultivos cercanos
Destrozan los pocos brotes que aparecen en almendros y olivos
Los agricultores colocan vallas electrificadas para proteger sus campos
Los agricultores de la localidad valenciana de Venta del Moro han visto como en las útlimas semanas sus cultivos están siendo invadidos por jabalíes y ciervos, además de cabras montesas y corzos.
Unos animales que llegan en busca de alimento y que arrasan con los campos y con los olivos y almendros. "En esta zona era habitual la presencia de jabalíes, pero están llegando muchos ciervos, sobre todo hembras, que no sabemos de dónde vienen y que se comen todo lo que encuentran", explica Agustín, un agricultor de Casas de Moya, pedanía de la Venta del Moro.
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Sospechan que estos animales se han desplazado desde el Parque Natural de las Hoces del Cabriel, que se vio afectado por el incendio que se originó en la Venta del Moro este verano y que alcanzó a otros municipios, calcinando un total de 32.000 hectáreas.
Para denunciar la situación, los propios agricultores han grabado vídeos con sus teléfonos móviles en los que se ven grupos de estos animales campando a sus anchas por el monte y alimentándose de los cultivos, algunos de ellos situados junto a la población.
Vallas electrificadas
La llegada de estos animales está provocando daños importanes en los olivos que Agustín tiene plantados en Casas de Moya, pedanía de la Venta del Moro. " Se comen las ramas y los pocos brotes que hay en estos momentos y es un problema para la producción del próximo año", explica.
Parecida situación sufre Paco, que ve como principalmente los ciervos se están comiendo los brotes que empiezan a salir en sus almendros. "Ahora no hay casi brotes, pero arrasan con los que hay hasta una altura de dos metros y a los árboles más bajos no los dejan crecer porque acaban con todo", asegura este agricultor.
Para proteger sus árboles, Paco ha optado por colocar vallas electrificadas en tres de sus campos, para ver si así ahuyenta a los animales. "He invertido 1.500 euros en este sistema, pero todavía no sé si va a funcionar", señala resignado.
De hecho, otros agricultores aseguran que estas vallas no afectan a los animales que ya se han acostumbrado a las pequeñas descargas que emiten.
Piden ayudas
Los agricultores afirman que se ha llegado a esta situación por el excesivo proteccionismo de estos animales salvajes por parte de las administraciones y aseguran que "cada vez son más y que necesitan de alimento para subsistir, con el consiguiente perjuicio para los cultivos", explica un vecino. Un problema que explican que han trasladado a la Conselleria de Medioambiente, sin que se haya tomado ninguna medida hasta el momento.
Por ello, reclaman ayudas que cubran los daños que provocan estos animales y que permitan a los trabajadores del campo subsisitir.