¿Por qué hay 19 millones de evasores fiscales en Italia?


Los datos lanzados por el director de la Agencia Tributaria generan alarma
Pero hay un matiz fundamental: habla de las personas que tienen al menos una factura pendiente con el sistema
Una estructura con fisuras explica esta situación, aunque no todos son verdaderos evasores
Hace días que en Italia se difunde el dato, ofrecido por la persona que encarna el mayor rol de responsabilidad en la Agenzia delle Entrate (Agencia Tributaria en España), el director Ernesto Maria Ruffini, en el que establecía en 19 millones los italianos vinculados a la evasión fiscal. Desde que ha salido la cifra prensa y sociedad se han hecho eco de esta afirmación a través del cual Ruffini exponía también que, ante tantos defraudadores, la solución sería imponer grandes multas que alejasen al ciudadano de la idea de delinquir, mejor que las penas de prisión, explicaba. “Mi sistema ideal es aquel en el que los ciudadanos saben que el que no paga es interceptado y su acción viene castigada. ¿Así, quién es el masoquista que decide hacerlo?”, decía en sus declaraciones desde el Festival Internacional de Economía. Pero el problema de la evasión fiscal en Italia tiene muchos matices.
In Italia in 19 milioni evadono le tasse. Il direttore dell'Agenzia delle Entrate: "Non serve il carcere, meglio lavorino"https://t.co/nu9PZn3gVn
— Repubblica (@repubblica) 3 de junio de 2022
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Del dato de casi 20 millones de defraudadores parte la primera precisión. Los ciudadanos de los que habla Ruffini no pueden considerarse todos evasores fiscales, que son aquellos en los que la conducta ilegítima pretende intencionadamente eludir las normas del sistema. Ese número tan alto hace referencia, sin embargo, a la totalidad de personas que tienen “una cuenta pendiente” con Hacienda, que puede partir de una gran evasión fiscal pero también ser una cosa menor como una multa que no ha sido pagada. Aunque esta concreción es importante, el contexto del país transalpino anima a pensar que el revuelo que ha causado el dato no está muy alejado de la realidad. Italia es el país que evade mayor cantidad de IVA de toda la Unión Europea. Según la estimación de la Comisión Europea, Italia llegó en 2019 a más de 30 mil millones de euros evadidos del sistema.
Ejemplos podríamos destacar muchos, pero uno ha sido especialmente llamativo en los últimos meses. El caso del llamado “bonus 110%”, creado para incentivar la economía tras el COVID a través de la reestructuración energética de edificios, pero que ha acabado siendo desprestigiado por las estafas que se han destapado. El primer ministro Draghi criticó la medida en multitud de ocasiones describiéndola, incluso, como “uno de los mayores fraudes de la historia de la República”. La falta de controles y de pautas dio lugar a muchas situaciones de evasión, pero ahora las rectificaciones que se han hecho los controles que se han introducido son tan rígidos que han reducido su problemática.
¿Por qué los italianos defraudan más que otros países?
Hay una serie de aspectos que confluyen para que en el país transalpino se dé una situación de mayor fraude, o facilidad para el mismo, que en otros. Responde para este análisis el profesor de Economía, especializado en fraude fiscal y corrupción, de la Universidad Bocconi de Milán Gianmarco Daniele. “La primera precisión es que a este dato falta añadir otro muy importante: el del trabajo en negro. De estos 19 millones se habla siempre de ciudadanos o empresas que están ‘controladas’ por el sistema. Mucha otra parte, de la que solo se pueden hacer aproximaciones, es en negro y también defrauda”, explica.
En cuanto a las razones de fondo hay tres que confluyen: la motivación económica de afrontar el pago de los impuestos, de los más altos para los trabajadores de toda Europa; la motivación social que responde a una mayor aceptación porque hay una gran difusión de la práctica y, por último, la falta de fe en las instituciones por la corrupción política, que lleva a pensar al ciudadano que no merece la pena aportar a las cuentas del país. Estos factores decisivamente influyentes hacen que evadir sea una norma socialmente aceptada ante un desequilibrio entre la gran cantidad de impuestos que pagan los italianos, a la par que los países del norte de Europa, y la deficiente respuesta en cuanto a servicios públicos.
La solución que propone Daniele pasa por una reducción drástica de los impuestos, la única medida que, cree, podría cambiar ciertas dinámicas demasiado introducidas en la sociedad. Reconoce además el experto que se han ampliado muchísimo los controles y que, desde hace unos años, el sistema trabaja incansable por la eficiencia para producir, al mismo tiempo, un bien a la economía del Estado, pero también a la imagen que los italianos tienen de él.