Paul McCartney recuerda con cariño sus encuentros con Isabel II: "Se os echará de menos"


"Me impresionó con su gran sentido del humor combinado con una gran dignidad", recuerda el músico
Al artista británico le ha invadido la nostalgia y ha querido compartir algunas anécdotas
El primero de sus encuentros con la reina se produjo en 1965 cuando los miembros de The Beatles recibieron el MBE
La muerte de la reina Isabel II ha conmocionado a los británicos. Celebridades que han formado parte de la historia de su reinado han mostrado su pesar en redes sociales. Paul McCartney es uno de ellos. Al exmiembro de los Beatles le ha invadido la nostalgia tras el "triste fallecimiento" de la monarca y ha querido compartir con sus seguidores los momentos de su vida en los que estuvo presente la reina.
"Mirando hacia atrás, me siento honrado y asombrado de ver que me encontré con Su Majestad ocho o nueve veces y cada vez me impresionó con su gran sentido del humor combinado con una gran dignidad". Con estas palabras McCartney, quien se considera un "fanático" de la familia real, ha expresado su amor y respeto por Isabel II.
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Con cariño ha recordado cómo su relación con el Palacio de Buckingham comenzó cuando, con solo 10 años, ganó en Liverpool un concurso de ensayos sobre la monarquía británica. En aquel momento, jamás llegó a pensar que su trayectoria profesional le llevaría, no solo a conocer a Isabel II, sino también a mantener cerca de una decena de encuentros con ella durante sus más 70 años de reinado.
Fue en 1965 cuando se produjo el primero de los encuentros que Paul McCartney recuerda con cariño. En octubre de ese año, los integrantes de The Beatles fueron nombrados miembros de la Orden del Imperio Británico. Durante el acto, la soberana les estrechó la mano, habló con cada uno de ellos y les impuso las medallas. "Nos dijeron cómo acercarnos a Su Majestad y que no le habláramos a menos que ella nos hablara a nosotros. Para cuatro muchachos de Liverpool, fue, Wow, hey man".

Tuvieron que pasar cerca de dos décadas, diciembre de 1982, para que coincidieran de nuevo, en esta ocasión en el Royal Albert Hall. Aquella noche asistió acompañado de su mujer Linda a la velada 'An Evening for Conservation', durante la que se interpretaron versiones de orquesta de algunos éxitos de la banda británica. "Recuerdo haber charlado con Su Majestad sobre ellas. ¡También me volvió a presentar al Príncipe Felipe, quien dijo que recordaba nuestro encuentro anterior en los años sesenta!".
Años después, en 1996, llegaría un tercer encuentro durante la inauguración del Instituto de Artes Escénicas de Liverpool, antigua escuela McCartney.
Uno de los mejores días de su vida
El acto de recepción del título de Caballero del Imperio Británico es uno de los mejores días de su vida. "Me sentí muy honrado de que me ofrecieran el título de caballero y, por supuesto, ¡habría sido una grosería rechazarlo! Recuerdo que era primavera y el cielo estaba azul. Fue un día maravilloso y recuerdo que pensé que había recorrido un largo camino desde una pequeña casa adosada en Liverpool".
Durante el Jubileo de Oro de Isabel II tuvo la oportunidad de rocanrolear en su jardín. "Mientras Su Majestad estaba en el escenario recibiendo aplausos al final del espectáculo, bromeé: Supongo que esto seguirá ocurriendo el año que viene, a lo que ella respondió: ¡En mi jardín no!". En otra ocasión se convirtió en su guía durante la visita a una exhibición de pintura en la Galería de Arte Walker en Liverpool, a la que John y él habían visitado en muchas ocasiones cuando eran estudiantes.

En junio de 2012, de nuevo en los actos del Jubileo, volvió a actuar para ella. "Era la primera vez que actuaba delante de ella desde su último Jubileo, y ver a toda la gente extendiéndose por Pall Mall fue estupendo, al igual que conocer a otros miembros de la Familia Real. Fue un gran fin de semana para ser británico".
Su último encuentro fue en 2018, año en el que recibió la medalla de 'Compañero de Honor'. "Cuando me entregaron la medalla le estreché la mano, me incliné hacia ella y le dije: Tenemos que dejar de reunirnos así, a lo que ella soltó una pequeña risa y siguió con la ceremonia. Me pregunté si había sido demasiado descarado decir esto, después de todo se trataba de la reina, pero tengo la sensación de que no le importó".
Un relato que McCartney concluye con un "Dios le bendiga. Se os echará de menos".