Florida, el estado elegido por Trump para su re-elección

.- El 43 Presidente de Estados Unidos elije el estado clave de su victoria en 2016 .- Trump está en máximos de popularidad entre votantes republicanos y tiene un 40% de aprobación entre todos los votantes y el 89% de aprobación entre los votantes republicanos. .- De los 21 presidentes en el cargo que se han presentado a la re-elección solo diez la perdieron
Este martes marcará un antes y un después en la vida de Donald Trump y del Partido Republicano estadounidense. El 43 presidente de Estados Unidos presentará su candidatura a la re-elección como candidato republicano primero, y candidato a revalidar su puesto como Comandante en Jefe de Estados Unidos. A un año y medio de las elecciones presidenciales todo indica que Trump no tendrá rival en su partido, toda vez que mantiene el control en la Cámara alta – el Senado- y que la aprobación entre sus votantes está en máximos históricos, superando el 89% según las ultimas encuestas de Gallup.
“With over a 50% Approval Rating at this point in his Presidency, analysts believe re-election in 2020 looks (very) promising!” @OANN Hey, we have accomplished more than any President in the first 2 1/2 years, WHY NOT?
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) June 15, 2019
Florida, el estado clave
La madrugada del 9 de noviembre de 2016 fue de infarto. Los demócratas estaban seguros de su victoria, pero el ganador fue Trump. Hacia las once de la noche había dos estados claves Florida y Pensilvania. Florida fue el primero en dar la victoria al republicano por un estrecho 1,2 % puntos de diferencia en el número de votos.El peso democráfico tiene una gran influencia en el camino a la Casa Blanca y su resultado suele ser impredecible. Los cubano- americanos, los colombianos y los cerca de 200.000 venezolanos se lanzaron en masa a votar a Trump para castigar las políticas en la región de su antecesor.
Dos horas después caía Pensilvania, estado tradicionalmente demócrata, pero enormemente castigado por el desempleo y la falta de inversiones en infraestructuras y la corrupción. Trump, además tiene casa en Florida, en Mar-a- Lago, lugar en donde pasa temporadas y ha llegado a tener la recepción oficial del Presidente de China, algo que a los locales entusiasmó. De Florida es también Marco Rubio, el senador republicano que, pese a presentarse contra Trump en las primarias del 2016 rápidamente aceptó la victoria del magnate neoryorquino.
De momento, el registro de votantes, que estará abierto hasta 29 días antes de las elecciones del 3 de noviembre de 2020, muestra por ahora que la votación en Florida de nuevo será reñida. Hasta abril se habían registrado 4,9 millones de personas como votantes demócratas, 4,7 millones como republicanos y 3,6 millones como independientes.

Por eso, Florida, y más en concreto Miami, ha sido escogido para el primer y nutrido debate público de los aspirantes a la nominación por el Partido Demócrata, los días 26 y 27 de junio, y que servirá para presentarles ante el gran público.
Una encuesta de la Florida Atlantic University muestra que la popularidad de Trump está en alza en Florida, pues pasó de un 41% de aprobación en febrero pasado a un 47% en mayo, mientras el porcentaje de los que desaprueban su gestión bajó del 46% al 44%.
Guerra abierta en el partido Demócrata
Otro cantar es la guerra que veremos en el partido demócrata, abierto en canal desde que Hilary Clinton perdiera las presidenciales y sin un líder claro. Nancy Pelosi, la portavoz demócrata en el capitolio y Presidenta de la Cámara de Representante es, a sus 79 años la única persona en el partido demócrata capaz de poner cierto orden entre las diferentes familias.

Por un lado la extrema izquierda de los demócratas cuyo padre espiritual es el senador Bernie Sanders y cuyo testigo ostenta la congresista Elisabeth Warren; y por otro los moderados que lidera Beto O’Rourke, ex congresista texano y uno de los favoritos de la prensa con permiso de Joe Biden icónico vicepresidente de Barak Obama. Hasta veinte y cuatro candidatos de momento se presentan como aspirantes en las filas demócratas lo que promete un otoño caliente de primarias.
Trump, más cerca de la re-elección en 2020
Por su parte Trump está convencido de su re-elección. La situación económica de Estados Unidos es envidiable si se miran los grandes números. No hay paro en la mayor economía del mundo, los salarios llevan subiendo 14 meses consecutivos, la rebaja de impuestos ha dado alas al consumo interno y al retorno de capitales de grandes multinacionales estadounidenses que tenían sus sedes fiscales en Europa (fundamentalmente en Irlanda), y en el Sudeste asiático.
El carpetazo a la investigación del #Rusiagate por parte de las autoridades competentes solo deja la posibilidad al Congreso de iniciar un “proceso político de investigación al Presidente”, el famoso impeachment, que a día de hoy no tiene respaldo entre los propios demócratas y que no puede triunfar porque el senado tiene mayoría republicana. Por lo tanto, este supuesto escándalo también parece finiquitado de cara a la re-elección. En todo caso, el presidente estadounidense avisaba desde su cuenta de twitter a los demócratas de los "problemas" con los que los demócratas se pueden encontrar si inician el proceso contra él.
Almost 70% in new Poll say don’t impeach. So ridiculous to even be talking about this subject when all of the crimes were committed by the other side. They can’t win the election fairly!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) June 16, 2019
En materia de política internacional, ríos de tinta han corrido sobre las posibles guerras mundiales que se podrían estar librando a éstas alturas de la presidencia Trump. Pues bien, ninguna. El Presidente ha conseguido lo impensable que es el inicio de negociaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur. Un acuerdo histórico impulsado desde el primer momento por la Casa Blanca.

Lejos de implicarse en Siria, Trump ha sacado a las tropas estadounidenses de la zona y ha regresado al “orden previo” aceptado por la diplomacia estadounidense hasta la llegada de Barak Obama, es decir, apoyo a Arabia Saudita frente a Irán y respaldo total a Israel como referente de democracias en Oriente Medio. Veremos si la política internacional tiene peso en las próximas elecciones, más allá de la "derivada Venezuela", en donde sí parece que la Administración Trump ve necesaria una intervención en el medio plazo.