La visita del jefe del Estado Mayor israelí a Marruecos sella la alianza militar entre Rabat y Tel Aviv

La visita del jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Aviv Kohavi, a Marruecos constituye un paso más hacia la consolidación de unos lazos entre los dos países que, si bien siempre existieron, han alcanzado una visibilidad y diversidad como nunca antes desde que a finales de 2020 Rabat y Tel Aviv normalizaron relaciones diplomáticas en el marco de los Acuerdos de Abraham.

“Aviv Kohavi ha aterrizado en el Reino de Marruecos, en la primera visita oficial de un jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel al país. El objetivo es aprender los unos de otros, compartir conocimiento y ampliar la cooperación”, rezaba un tuit publicado en la tarde de este lunes por el perfil oficial de las fuerzas armadas israelíes. “Un momento histórico”, se aseveraba.

La visita de Kohavi –rodeada de secretismo, pues hasta el propio momento del aterrizaje en Rabat ni medios marroquíes ni israelíes confirmaban la fecha y hora de la llegada- se produce un mes después de la de la ministra del Interior israelí, Ayelet Shaked, a Rabat, donde ambos países firmaron una serie de acuerdos, entre ellos uno destinado a la inserción laboral de marroquíes en Israel.

El papel de Marruecos en la región es además reconocido por unos y otros. La semana pasada, en declaraciones al diario israelí Haaretz, un alto cargo de la Administración estadounidense atribuyó a Marruecos un papel decisivo a la hora de lograr la apertura permanente del puente Allenby entre Cisjordania y Jordania.

Asimismo, la visita de Kohavi al país norteafricano ha tenido lugar algo más de tres meses después de haberse reunido en Bahréin con su homólogo catarí, en pleno proceso de consolidación de relaciones entre los dos países.

Previsiblemente, la estancia de en Rabat de Kohavi servirá para seguir estrechando lazos militares entre los dos países. Según el director del Centro de Estudios y de Investigación sobre el Mundo Árabe y Mediterráneo (CERMAM) Hasni Abidi en declaraciones a Radio France, la gira de tres días del jefe del Estado Mayor israelí a Marruecos servirá para que ambos países “intercambien información, formación y probablemente equipos militares y, sobre todo, colaboración industrial. Es decir, fabricación. Los marroquíes quieren una fábrica de drones”.

Hoy el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí se reunirá con el inspector general de las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos, Belkhir El Farouk, y con el titular delegado de Defensa de Marruecos, Abdellatif Loudiyi, según el digital Le Desk.

Las bases de la relación las sentó la firma de un protocolo de acuerdo bilateral en materia de seguridad (y de manera particular ciberseguridad) e inteligencia, así como en lo relativo a la venta de armas, el pasado mes de noviembre en el marco de la visita a Marruecos ministro de Defensa israelí Benny Gantz –la primera vez que un titular israelí del ramo visitaba el país magrebí además. Marruecos se ha convertido en los últimos años en un serio cliente de material bélico a Israel.

Posteriormente, una delegación militar israelí visitó, ya en marzo de este año, una visita a Marruecos para el establecimiento de comisiones militares mixtas y ejercicios de interoperabilidad entre las fuerzas armadas israelíes y magrebíes, según recogía este domingo el digital TelQuel.

Días después, a finales de ese mismo mes, el ministro de Exteriores israelí, hoy primer ministro, Yair Lapid, reunió en el desierto del Néguev a sus homólogos de Estados Unidos, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y el propio Marruecos en una cumbre que escenificó una nueva alianza regional contra Irán.

A comienzos de este mismo mes, oficiales del Ejército israelí tomaron parte en las maniobras a gran escala African Lion 2022, que organizan cada año Estados Unidos y Marruecos. España, a pesar de estar invitada, declinó su participación.

Aunque el estrechamiento de las relaciones entre los dos países no se ha visto comprometido en ningún momento, lo cierto es que la opinión pública marroquí ha mostrado tradicionalmente una profunda sensibilidad hacia la causa palestina. Medios locales anticipaban movilizaciones en las principales ciudades marroquíes contra la normalización de relaciones con Israel.

Lo cierto es que los anteriores precedentes apenas lograron movilizar a unos pocos miles de ciudadanos, en su mayoría simpatizantes de grupos de izquierda e islamistas, contra el Estado de Israel y en favor de la causa palestina. `

Por otra parte, la alianza cada vez más estrecha en materia militar entre Tel Aviv y Rabat aumenta las tensiones con Argelia –que rompió relaciones con Marruecos el pasado 24 de agosto-. En los últimos meses el régimen militar recurre a Moscú y exhibe poderío militar no lejos de las fronteras con sus vecinos magrebíes.

Tras un período inicial de perfil bajo por parte del Gobierno y los medios de comunicación marroquíes, desde Rabat se ha dado rienda suelta pública a la información de toda una sucesión de visitas y acuerdos variados que tienen su origen en el otoño de 2020.

Todo comenzó con una serie de tuits publicados por el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el 10 de diciembre de 2020 en los que primero expresaba su reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y después anunciaba que Marruecos e Israel restablecían relaciones diplomáticas veinte años después.

Semanas más tarde, el acuerdo entre Rabat y Tel Aviv quedaba plasmado en un acuerdo tripartito firmado junto a Estados Unidos el 22 de diciembre del mismo año. Gracias al concurso de la Administración estadounidense saliente, Rabat lograba el reconocimiento por parte de Washington de su soberanía sobre la antigua colonia española e Israel avanzaba en el proceso de normalización en el mundo árabe tras firmar los Acuerdos de Abraham con Emiratos Árabes Unidos y Bahréin.

Aunque no es el primero, de boca de la ministra del Interior Ayelet Shaked, líder del partido religioso Yamina, llegó el pasado mes de junio el más explícito de los apoyos de su país a Rabat en la cuestión saharaui: “Israel apoya la soberanía marroquí sobre el Sáhara. Hemos hablado de la estrecha relación que hay entre los dos países y también de proyectos conjuntos que podemos hacer juntos”.

Con todo, la relación entre Israel y Marruecos comienza con la propia independencia del Estado de los judíos. Los lazos humanos entre los dos países son profundos, dado que en torno a un millón de ciudadanos del Estado de Israel tiene raíces en Marruecos. El país magrebí, por su parte, contaba con la mayor judería de todo el mundo árabe hasta los años cuarenta del pasado siglo (al menos 250.000 personas).

Sólo la Segunda Intifada, en 2000, puso fin, en los primeros meses del reinado de Mohamed VI, a las relaciones oficiales, aunque la cooperación en materia de seguridad e inteligencia nunca llegó a desaparecer.

No en vano, desde la década de los 70 Marruecos adquiere tanques a Israel. Y hace nueve años, según informaba en un análisis del diario Haaretz sobre los vínculos entre los dos países, Marruecos adquirió tres drones Heron manufacturados por la Israel Aerospace Industries por un coste de 50 millones de dólares.

El último de los acuerdos, anunciado este mismo lunes, se ha plasmado en la ciudad de Ginebra: Rabat y Tel Aviv han suscrito un acuerdo en materia de propiedad intelectual.