¿Debería Facebook censurar al presidente?

Algunos altos cargos de la compañía querrían que Zuckerberg siguiera el ejemplo de Twitter
El equipo de Twitter colocó una advertencia “incitación a la violencia” sobre un tuit de Trump
Las calles arden en muchas ciudades estadounidenses y los helicópteros rugen. Hasta 40 ayuntamientos han decretado toque de queda. Manifestantes pacíficos y violentos continúan por séptimo día con las protestas por la muerte de George Floyd, un ciudadano afroamericano, aplastado por la rodilla del policía que le estaba deteniendo.
No es una exageración decir que, tras tres meses de confinamiento, el índice de paro más alto de la historia reciente, un futuro incierto (y unas elecciones inminentes) y el enésimo vídeo que muestra un abuso de autoridad letal por parte de la policía contra un ciudadano afroamericano, los ánimos están crispados en EEUU. Y en Facebook, muchos creen que es el momento de tomar partido. Muchos, pero no su jefe, Mark Zuckerberg.
¿Qué significa tomar partido para Facebook?
No es que el presidente de la compañía no haya dejado clara su rechazo al comportamiento racista de la policía (de hecho, Zuckerberg acaba de anunciar la donación de 10 millones de dólares a grupos que combaten la injusticia racial). Pero lo que los empleados quieren que haga, más concretamente, es matizar, etiquetar o directamente borrar determinados posts del presidente Trump como incitadores a la violencia o engañosos. Es decir, que ejerza de árbitro sobre las afirmaciones del presidente y filtre las que no cumplan con el código de la compañía.
Esto es justamente lo que hizo Twitter por primera vez la semana pasada. Dos tuits del presidente, uno sobre el voto por correo (asunto cargado políticamente en EEUU, que tiene que ver con la supresión del derecho al voto de determinados grupos sociales) y otro sobre la situación en Minneapolis durante las protestas y los saqueos, fueron etiquetados como incitadores a la violencia o engañosos. No borrados, pero sí señalados. Una decisión inédita, que Trump ha calificado de toma de postura política y que, en cambio, a algunos en Facebook les ha dado envidia.
El tuit de la discordia
El pasado 28 de mayo, como siempre, Donald Trump utilizó sus cuentas en redes sociales para anunciar a sus ciudadanos lo que pensaba, en este caso sobre las protestas callejeras por la muerte de George Floyd. Aunque en general se ha mantenido del lado de los manifestantes “pacíficos”, las protestas empezaban a volverse violentas y Trump advertía: “No puedo quedarme parado mientras veo que destruyen una gran ciudad estadounidense, Minneapolis. No hay ningún liderazgo. O el alcalde Jacob Frey, débil y de izquierda radical, se pone las pilas o enviaré a la Guardia Nacional para que hagan bien las cosas. Estos matones deshonran la memoria de George Floyd, y no lo voy a permitir. Acabo de hablar con el gobernador [de Minnesota] Tim Walz y le he dicho que tiene al ejército de su parte. Nos pondremos al mando en cuanto surja cualquier dificultad pero, cuando empiezan los saqueos, empiezan los tiroteos. ¡Gracias!”.
....These THUGS are dishonoring the memory of George Floyd, and I won’t let that happen. Just spoke to Governor Tim Walz and told him that the Military is with him all the way. Any difficulty and we will assume control but, when the looting starts, the shooting starts. Thank you!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 29, 2020
El exabrupto fue enseguida tildado de incitación a la violencia por los comentaristas políticos y el equipo de Twitter decidió tomar cartas en el asunto y poner su advertencia delante: “Este tuit incumplió las Reglas de Twitter relativas a glorificar la violencia. Sin embargo, Twitter determinó que puede ser de interés público que dicho tuit permanezca accesible.” Tampoco se puede retuitear sin comentario o darle al me gusta.
Paro virtual en Facebook
Según el New York Times, un número indeterminado (“cientos”, según el diario) de empleados de cargos medios y altos de la compañía ejecutaron este lunes un “paro virtual”. El “cabreo” con Zuckerberg, tal y como han expresado algunos en redes sociales, tiene que ver con la negativa de este de seguir el ejemplo de Twitter. El mensaje de Trump se publicó exactamente igual en Facebook, y ahí sigue sin tocar.
No queda claro cuántos de estos cientos de empleados que han participado en el paro virtual están protestando en solidaridad con las protestas de las calles, y cuántos están más concretamente lanzando un mensaje a su CEO. Aunque es una pequeña muestra de un total de 48.000 trabajadores de la compañía, entre los que han hablado públicamente en contra de la postura de Zuckerberg hay cargos medios importantes, como Jason Toff, director de producto.
I work at Facebook and I am not proud of how we’re showing up. The majority of coworkers I’ve spoken to feel the same way. We are making our voice heard.
— Jason Toff (@jasontoff) June 1, 2020
Siempre de acuerdo con el NYTimes, Zuckerberg podría estar enfrentándose a una sublevación seria, o al menos, al momento más crítico de su liderazgo de los últimos 15 años. Dentro de la compañía han circulado peticiones de firmas y amenazas de dimisiones. Algunos empleados han puesto como foto de perfil el puño con el pulgar levantado del “me gusta” transformado en un puño cerrado de solidaridad.
I don't know what to do, but I know doing nothing is not acceptable. I'm a FB employee that completely disagrees with Mark's decision to do nothing about Trump's recent posts, which clearly incite violence. I'm not alone inside of FB. There isn't a neutral position on racism.
— Stirman (@stirman) May 30, 2020
Zuckerberg por su parte se ha explicado en varias notas públicas en la misma plataforma. “Aunque personalmente no me gusta este tipo de retórica divisiva e inflamatoria, no puedo actuar solo de manera personal sino como líder de una institución que defiende la libertad de expresión”, decía en un post del viernes pasado en su página personal. Ese mismo día, el CEO de Facebook mantuvo una conversación telefónica con Trump y una videoconferencia posterior con sus empleados en la que reiteró esta postura. “Al contrario que Twitter, nosotros no ponemos mensajes de advertencia. Si un contenido es cuestionable, lo retiramos del todo”, decía al final su nota.
Una encuesta informal hecha por un empleado y citada por el New York Times mostraba que hasta 1000 de los trabajadores consideran la decisión equivocada y 19 de los preguntados la aprueban. En honor de la libertad de expresión que defienden, la portavoz de la compañía ha celebrado las muestras de disensión como una “expresión saludable de desacuerdo con el liderazgo”.
Censoring information that might help people see the complete picture *is* wrong. But giving a platform to incite violence and spread disinformation is unacceptable, regardless who you are or if it’s newsworthy. I disagree with Mark’s position and will work to make change happen.
— Andrew (@AndrewCrow) June 1, 2020
Trump y las redes sociales
El 45 presidente de EEUU ha hecho de las redes sociales, y en particular de Twitter, su púlpito virtual desde el que compartir opiniones y posturas, desde su llegada a la Casa Blanca. A pesar de las crecientes presiones, el CEO de Twitter, Jack Dorsey, había mantenido la postura de no intervenir en ninguno de los mensajes del presidente. (Sí que habían, recientemente, borrado tuits de otros líderes mundiales como Nicolás Maduro o Jair Bolsonaro que promocionaban tratamientos para la COVID-19 cuya eficacia no estaba demostrada). Eso cambió el martes pasado.
Trump tuiteó que las papeletas para el voto por correo poco menos que garantizaban fraude electoral. Enseguida apareció un discreto mensaje en letras azules que dice: “Busca los hechos” y enlaza a una página confeccionada por el equipo de la plataforma con noticias y datos probados.
Como respuesta, además de acusarlos de interferir en las elecciones, Trump ha firmado, este jueves, una orden ejecutiva para “prevenir la censura online”. Pretende acabar con la excepción, dentro de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, que permitía que compañías como Facebook o Twitter tuvieran carta blanca para bloquear contenido sin arriesgarse a ser considerados como el resto de medios de comunicación. “Cuando una plataforma digital restrinja acceso a contenido” sin justificación clara dejará de estar protegida frente a demandas por difamación, dice la orden.
There is NO WAY (ZERO!) that Mail-In Ballots will be anything less than substantially fraudulent. Mail boxes will be robbed, ballots will be forged & even illegally printed out & fraudulently signed. The Governor of California is sending Ballots to millions of people, anyone.....
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 26, 2020
Eso sí, lo que no ha hecho Trump es dejar de tuitear. Tanto para protestar por la decisión como para explicar su tuit incendiario: “Los saqueos llevan a tiroteos y por eso acaba de morir un hombre eme Minneapolis y siete personas han sido heridas en Louisville. No quiero que pase, y es lo que quería decir con mi expresión de anoche. Era la afirmación de un hecho. Es muy sencillo, nadie debería tener problemas para entenderlo, excepto aquellos que simplemente buscan problemas. ¡Honremos la memoria de George Floyd!”.
Y es que la presidencia de Donald Trump no se entiende sin Twitter. Desde que llegó a la Casa Blanca, ha despedido altos funcionarios y miembros de su equipo de gobierno, ha entrado en polémicas agrias con oponentes políticos u hombres de negocios y en general ha dado rienda suelta a su particular verborrea con tuits continuos y en ocasiones tan espontáneos que ni siquiera se entendían (como cuando llamó a la “cobertura” de los medios “covfefe”, por las prisas). Con 81 millones de seguidores, más de 50.000 twits, y una media de 29 tuits al día, el presidente es el número 9 en la lista de los más seguidos de la plataforma.