Jueves negro para Joe Biden

Dos senadores demócratas se convierten en el mayor quebradero de cabeza del presidente estadounidense
El 2021 no ha comenzado bien para el presidente de Estados Unidos. Joe Biden pasa sus peores momentos tanto en materia de política exterior como en clave interna. En materia de política exterior las relaciones con Rusia están tensadas al máximo por la situación de Ucrania y las nuevas amenazas de Putin en el Caribe, mientras que en materia de política interna a la crisis migratoria y a la pandemia se le suma ahora dos reveses extraordinarios.
Este jueves ha sido un "jueves negro" para Joe Biden que, mientras defendía salvar in extremis su propuesta de reforma electoral del naufragio parlamentario conocía como el Tribunal Supremo de Estados Unidos echaba por tierra su medida de obligar a vacunar a todos los trabajadores de empresas de más de 100 empleados por "ilegal".
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Los senadores demócratas en contra de la reforma electoral
"Espero que lleguemos pero no estoy seguro", admitía, visiblemente tenso, sobre su proyecto ley de reforma electoral. El jueves, Biden estuvo en el Capitolio intentando convencer a los senadores y congresistas demócratas de que apoyasen su reforma. Una contrarreforma real a las reformas que están implantado algunos estados para evitar el fraude electoral e imponer controles para que se vote una sola vez y se registre ese voto. Por la noche Biden se reunía en la Casa Blanca con los dos senadores demócratas que lideran el boicot contra la Casa Blanca Joe Manchin y Kyrsten Sinema. Ambos senadores del Partido Demócrata creen que la contrarreforma que propone Biden y de inspiración de la parte más izquierdista del partido - Sanders- es divisiva y la están bloqueando. No hubo acuerdo.
Una hora después de finalizar esa reunión crítica para Biden, el Tribunal Supremo fallaba que no se ajusta a derecho obligar por ley a los trabajadores de empresas de más de 100 trabajadores a vacunarse. La medida estrella del presidente en su último discurso del año. Un varapalo judicial que le complica aún más la lucha contra la pandemia.
Muy poco espacio para maniobrar
Esta sucesión de malas noticias erosiona un poco más el crédito político de un presidente que ya es muy impopular y que quizás ha hecho promesas demasiado extremas, con muy poco margen de maniobra. Joe Biden prometió "proteger el acceso a las urnas para las minorías" ante multitud de reformas emprendidas por los estados conservadores, en particular en el sur del país. El presidente demócrata quiere armonizar las prácticas de votación y otorgar al estado federal el derecho de escrutinio sobre las iniciativas locales. Los republicanos intentan reformar las leyes locales para evitar que una misma persona pueda votar por correo y en las urnas, o con que todo el mundo vote con una misma identificación.
Para pasar esta gran reforma al Senado, en teoría se necesitaría una mayoría 60 votos. Los demócratas cuentan con 50 votos al que se une el de la vicepresidenta Kamala Harris. Los republicanos tienen 50 senadores. Incapaces de convencer a los senadores republicanos, los demócratas solo tienen una solución para salvar su proyecto: romper esta práctica parlamentaria y aprobar que entre en vigor una nueva forma de votar que sería por mayoría simple.
Lo que pretende Biden es como cambiar las reglas del juego a mitad del partido. El Senado acordó en una sesión especial en 1917 una regla que preservaba su tradición de debate ilimitado. La regla requería una mayoría de dos tercios para finalizar el debate y permitía que cada miembro hablara durante una hora adicional antes de votar. Durante los siguientes 46 años, el Senado logró invocar la clausura solo en cinco ocasiones, según recoge la página web oficial.
Pero, tal y como explican los medios estadounidenses, esta regla se revisó en 1970 para requerir 60 votos en lugar de 67. El líder de la mayoría Demócrata en el Senado, Harry Reid, cambió en 2013 el precedente de votación a través de lo que se conoce como la 'opción nuclear' para confirmar a los candidatos del gabinete con una mayoría simple en lugar de que una mayoría calificada de 60 votos. En la Casa Blanca estaba Barak Obama y los demócratas tenían mayoría en el Senado.
Ahora los demócratas quieren cambiar la práctica, con la diferencia de que no tienen mayoría, y que dos de sus senadores lideran la revuelta interna. la senadora por Arizona asegura que esta estrategia solo alimentaría la "espiral infernal de la división". Joe Manchin, otro senador demócrata - centrista que ya bloqueó el plan de gasto de la Casa Blanca también ha anunciado que votará en contra.
Biden-Harris en caída libre en las encuestas
La sociedad estadounidense está dividida políticamente, pero los demócratas están divididos internamente. Por un lado los del ala más izquierdista que ven a Biden poco combativo, y los más moderados que creen que no se pueden cambiar todas las reglas del juego cuando no tienen mayoría en el Senado y a pocos meses de las elecciones de medio término.
A los problemas de posicionamientos puramente político se une la gestión de la pandemia. Una mayoría de demócratas también se oponen a la vacunación obligatoria, por lo que la idea de Biden se ha supuesto otro boquete en las encuestas.
De hecho está tan mal en las encuestas Biden como Harris lo que complica el panorama electoral para la cita de las elecciones de medio término, en las que se vota un tercio del senado y se renueva el congreso.