El discurso de investidura de Biden: algo más que palabras para la regeneración de un país herido

El discurso principal de la toma de posesión ha resonado como una urgencia, la de gestionar mejor el país sin olvidar lo más importante: la esencia del mismo y sus principales valores.
“La democracia es preciada. Es frágil. Pero en estos momentos la democracia ha prevalecido”. Estas han sido algunas de las primeras palabras de Joseph Robinette Biden en su discurso de investidura, minutos después de haber jurado su cargo como el presidente número 46 de los Estados Unidos. Toda una declaración de intenciones para reivindicar el sistema de organización social y política que eligieron los ciudadanos de este país para regir su destino, hace ya 225 años.
Unidad, paz y resiliencia para superar las amenazas que suponen el terrorismo doméstico y el supremacismo blanco ha sido algunas de las proclamas del ya investido presidente en un discurso que ha durado casi 25 minutos. “Seremos justos” ha prometido en el intento de aglutinar a todo el país alrededor de su nuevo proyecto, el que será ejecutado por la nueva administración demócrata junto con la flamante vicepresidenta, Kamala Harris.
Un mensaje de optimismo
Biden, que a las 9’20 h (hora local) de la mañana ya había publicado en las redes sociales un mensaje de optimismo aludiendo al nuevo escenario que se abre en Estados Unidos a partir de hoy, se ha dirigido al país en medio de unas medidas de seguridad inusitadas tras el asalto que sufrió el edifico en el que hoy tiene lugar la ceremonia de toma de posesión.
It’s a new day in America.
— Joe Biden (@JoeBiden) January 20, 2021
Tras 30 años de su primera candidatura a la presidencia, el político demócrata inicia hoy su andadura como presidente. Su objetivo es unificar un país herido, controlar la pandemia que ya ha acabado con la vida de 400.000 estadounidenses, con 14 millones de puestos de trabajo e incluso con la inocencia de una ciudadanía que nunca pensó ver las imágenes del 6 de enero en su país, en este mismo escenario.
Una ceremonia solemne y austera
En un país polarizado, como muestra la encuesta publicada por el pasado domingo por The Washington Post y la cadena NBC News, en la que solo el 49% de los estadounidenses creen que Biden tomará las decisiones correctas, la llamada a la unidad ha sido clara y también necesaria.
En el marco de una ceremonia controlada, emocionante, solemne pero austera, el discurso principal de las diferentes intervenciones que han tenido lugar ha resonado como una urgencia. La de gestionar mejor el país sin olvidar lo más importante: la esencia del mismo y sus principales valores.
Así, “nos encontramos ante un antes y un después en lo que a retórica se refiere y tanto el país como el mundo entero, lo van a agradecer”, señala Alejandro Ibáñez, entrenador internacional de debate y miembro del Think Tank Baker Institute, de Rice University en Houston (Texas).
“Lo verdaderamente difícil comienza ahora, que es cuando su retórica tiene que ir acompañada de hechos porque, al igual que Obama, Biden ha generado una gran expectativa de cambio”, añade Ibáñez.
Otros discursos
En esta ocasión la alocución del flamante presidente al país ha tenido una duración media y afortunadamente no ha entrado en la hemeroteca de las anécdotas, como le pasó a George Washington, en 1789, cuando dio un discurso de sólo dos minutos, el más breve de la historia. También William Harrison dejó su huella como el autor de la perorata más larga, el día de su investidura en 1841, al invertir dos horas en ella.
Biden sin embargo ha optado por seguir su modus operandi particular, con un discurso que buscaba mantener el foco de la atención y priorizando el contenido con una llamada a la regeneración de las heridas abiertas en este país, y que se encuentra profundamente dividido. Una tarea nada fácil que sin embargo, tras toda una vida en la política, el demócrata inicia hoy de nuevo.