Los estados garantizan el poder republicano durante varios años


En las elecciones de 2022, 34 de los 50 estados elegirán a sus gobernadores y algunos además a sus representantes municipales
En un país como Estados Unidos, que dispone de tantos capitolios como estados, el poder no recae sólo en el gobierno federal, con su base en Washington DC, sino que se reparte entre los congresos estatales establecidos a lo largo del país. Esto es lo que sustenta en la actualidad el poder del que dispone todavía Donald Trump, que al frente del Partido Republicano supo leer muy bien dónde podría afianzar su respaldo frente a los demócratas.
No obstante, los conservadores trabajaron durante 40 años para obtener el rédito del que disponen ahora, obteniendo el control de 30 legislaturas estatales por 18 de los demócratas. Y para finales de este año se espera que los republicanos consigan la mayoría total de ambos poderes (legislativo y ejecutivo) en 24 estados, por 15 de los progresistas. Una ventaja que tardará en revertirse tanto como costó forjarla y que seguirá determinando a nivel local leyes como el derecho al aborto y las armas, o los impuestos.
Los inicios
A finales de la década de los 80, bajo el mandato de George W.Bush, los republicanos iniciaron una cambio en su organización y sistema de recaudación de fondos en aquellos sitios locales donde los demócratas triunfaban, con el objetivo de ampliar su poder y ampliar su influencia desde Washington al resto del país.
Cuando Clinton llegó a la presidencia, la estrategia conservadora se centró en la realización de fuertes críticas hacia su política impositiva y sanitaria, acusándole de estar demasiado a la izquierda. Esto, junto con la nueva reorganización de las bases locales, dio un fuerte impulso al voto de las bases republicanas, que a mitad de los 90 consiguió el control de ambas cámaras, en 19 estados.
En 2010, con Barak Obama en el poder y los demócratas centrado en el gobierno federal, los conservadores siguieron avanzando hasta conseguir controlar el Sur, avanzar en sitios como el Alto Medio Oeste y cierta influencia en algunos estados del Norte de la Costa Este. Como señala el Washington Post, el control se amplió a 25 legislaturas estatales por 16 de los demócratas y se inició un proceso importante: un trasvase de congresistas de las cámaras estatales al Capitolio de la capital del país, donde a día de hoy cementan la política iniciada en sus sitios de origen.
¿Dónde está el partido Demócrata?
De forma inversa a sus rivales políticos, la evolución de los progresistas ha sido de pérdida de poder a nivel estatal. A lo largo de estos años pasaron de controlar la mayoría de los poderes legislativos (desde y durante la presidencia de Reagan), de dirigir el Sur, el Norte del medio Oeste y ambas costas, a mantener sólo la supremacía en estas últimas.
Y si bien fueron los vencedores del voto popular entre 2008 y 2020, obteniendo la confianza de la mayoría de los estadounidenses en las elecciones presidenciales cada cuatro años, han ido perdiendo cuota de poder en la representación de los estados.
Gerrymandering
Una de las razones de esto ha sido el sistema de redistribución de distritos conocido por el nombre de gerrymandering. Este proceso tiene lugar cada diez años, cuando se hacen públicos los datos del censo. Es en estos momentos cuando los estados con poblaciones que han crecido de forma más rápida obtienen escaños en sus respectivos congresos, en detrimento de los que han visto disminuir su población o el crecimiento de esta ha sido más lenta.
Actualmente los republicanos controlan la distribución de distritos en estados clave y la capacidad de hacer el dibujo de cada estado, con el fin de concentrar el voto en los lugares más favorables. Esta es una práctica que ya tuvo lugar en años anteriores y que dio lugar a batallas legales, entre ambos partidos, por una manipulación de los mapas de los republicanos. Hasta el punto que los tribunales declararon inválidos los resultados de estados clave como Pensilvania y Carolina del Norte.
Futuro
La nueva redistribución de escaños se producirá a finales de julio, cuando se conozcan los nuevos datos del censo. Y ambos partidos están ya trabajando en el rediseño de los distritos para que el voto les sea lo más favorable posible. En este sentido, los demócratas quieren centrar la batalla en estados como Maryland, Nueva York e Illinois, según informa el New York Times, mientras que los republicanos apostarán por Texas y Florida.
Sin embargo, en numerosos estados se ha optado por establecer comisiones independientes para dibujar los mapas de los distritos, lo que daría lugar a un sistema más justo del reparto de votos. Es el caso de Michigan y Arizona, que apostarán por comisiones no partidistas.
La conclusión es que hay tiempo que perder. Las próximas elecciones de mitad de período (mid-term election), que serán en 2022, en el punto medio de la legislatura de las elecciones presidenciales, deciden los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 33 o 34 de los 100 asientos del Senado de los Estados Unidos. Además, 34 de los 50 estados del país eligen a sus gobernadores y muchos de ellos añaden elecciones municipales. La batalla política, esta vez por estados, está de nuevo en marcha.