Muere ahogado un niño de nueve años en la frontera entre México y Estados Unidos


Estados Unidos trabaja para frenar el flujo migratorio en la frontera sur con México
Unos 500 menores no acompañados llegan cada día a la frontera entre ambos países
Un niño migrante de nueve años ha muerto tras ser hallado inconsciente por agentes fronterizos estadounidenses en el río Grande, que divide Estados Unidos de México. El pequeño se encontraba con su madre y un hermano de 3 años, ambos también inconscientes, en una isla del lado mexicano del río, el pasado día 20, de acuerdo con un comunicado de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
Los agentes los rescataron y trasladaron a la costa e intentaron reanimarlos con técnicas de primeros auxilios, con lo que la madre, procedente de Guatemala, y un menor de tres años recuperaron la conciencia. El niño de nueve años tuvo que ser trasladado a los Servicios Médicos de Emergencia del Departamento de Bomberos de Eagle Pass y falleció poco después. "Extendemos nuestro más sentido pésame a la familia y amigos de este pequeño niño", ha expresado el jefe de patrulla del sector de Del Río, Austin Skero II.
Desde el pasado 1 de octubre, los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector de Del Río han rescatado a más de 500 migrantes que intentaban ingresar ilegalmente a Estados Unidos. Este hecho se produce mientras Estados Unidos trabaja para frenar el flujo migratorio en la frontera sur con México, donde llegan unos 530 menores no acompañados todos los días.
Así, las autoridades estadounidenses han confirmado que son más de 17.000 los menores no acompañados que están bajo custodia en el país. El Departamento de Salud y Servicios Humanos y el de Seguridad Nacional han actualizado la cifra de niños no acompañados en la frontera, para detallar que hasta el miércoles había casi 12.000 niños migrantes solicitantes de asilo en centros de atención administrados por el Gobierno.
Además de 5.000 bajo custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, que esperan en instalaciones no adecuadas para niños a ser trasladados a otros centros, según recoge The Washington Post.