Noveno día consecutivo de protestas en Estados Unidos contra el racismo y la brutalidad policial

Se espera que las manifestaciones en Washington sean las más numerosas desde que se iniciaron las protestas hace nueve días
Miles de manifestantes han vuelto a salir a las calles de las principales ciudades de Estados Unidos para protestar por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía de Minnápolis durante un arresto y para denunciar el racismo en el país.
Los manifestantes han vuelto este sábado a concentrarse frente a la Casa Blanca y otros lugares de Washington por segundo fin se semana consecutivo mientras las protestas se han extendido a las grandes capitales de Europa y de todo el mundo con marchas multitudinarias en ciudades como Sidney en Australia, a pesar de que el Gobierno las había prohibido para evitar posibles contagios por coronavirus.
Arrodillándose, cantando e ignorando las medidas de distanciamiento social, los manifestantes indignados de Sydney a Londres han iniciado este fin de semana una ola de apoyo al movimiento en Estados Unidos contra el racismo y la brutalidad policial.
Desde el jueves se ha levantado una nueva valla en el perímetro de la Casa Blanca que se suma a la de 2,5 metros que se levantó en la plaza Lafayette previamente. Los parques que rodean a la sede presidencial, normalmente accesibles, están ahora cerrados al público y seguirán así al menos hasta la semana próxima.
"Estoy cansada de racismo. Muy cansada", ha afirmado en declaraciones a la cadena ABC una de las participantes en la manifestación de Washington, Rochelle Grate, que ha calificado de "bella, pacífica y diversa" la protesta. "Esto es distinto. Ahora la gente que no es de color ha hecho 'clic' y ha dicho, 'Oye, esto es real y he estado ciego hasta ahora'", ha añadido
Más de una semana después del inicio de las protestas, las autoridades esperan que la marcha de este sábado se la más concurrida y podría llegara decenas de miles de asistentes. "Esperamos grandes manifestaciones y esperamos que las protestas sigan siendo tan pacíficas como han venido siendo los últimos días", afirmó el pasado jueves el jefe de la Policía de Washington, Peter Newsham, quien ha destacado que no ha habido arrestos durante las protestas desde el martes.
El pasado fin de semana la Policía empleó balas de goma y gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes frente a la Casa Blanca cuando algunos lanzaron botellas de agua y ladrillos contra las barreras de las fuerzas de seguridad. También se incendiaron coches y se rompieron ventanas de edificios de oficinas en las manzanas colindantes con la Casa Blanca.
En contraste con las últimas movilizaciones multitudinarias en Washington, como la Marcha de las Mujeres o la Marcha por Nuestras Vidas por el control de armas, en esta ocasión no hay un único grupo convocante ni hay un estrado con una lista de oradores. Son protestas fluidas por toda la ciudad entre la Casa Blanca, el Monumento a Lincoln y el Capitolio.
Las protestas se han repetido en otras grandes ciudades como Nueva York, Miami, Los Ángeles, Chicago, Filadelfia y Minneápolis, donde George Floyd murió bajo la custodia policial el pasado 25 de mayo. Su ciudad natal, Raeford, en Carolina del Norte, también ha celebrado este sábado un homenaje a Floyd tras la ceremonia que tuvo lugar el Minneápolis el pasado jueves.
Se cumplen nueve días de un movimiento contra el racismo en Estados Unidos que se ha traducido en manifestaciones pacíficas pero también en graves disturbios y saqueos en numerosas ciudades. La Guardia Nacional ha desplegado 43.000 efectivos en todo el país para contener los disturbios.
El viernes, la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, que se enfrentó con el presidente Trump por su estrategia dura contra las protestas, inauguró un gran mural en una de las calles que lleva a la Casa Blanca en el que puede leerse en grandes letras amarillas la frese Black Lives Matter”.
La alcaldesa ha afirmado que es "triste" que "la Casa y sus habitantes tengan que ser protegidos con muros". "Nos gustaría que la Casa Blanca estuviera abierta para la gente pudiera acceder", ha añadido.
De hecho, la alcaldesa del D.C. ha pedido a los gobernadores que retiren a sus militares de la Guardia Nacional de Washington porque fueron traídos "sin mi conocimiento y sin haberlos pedido".
Dos policías acusados de agresión en Buffalo
La actuación policial durante las protestas también está siendo criticada y en la ciudad de Buffalo, en el estado de Nueva York, dos policías han sido suspendidos sin paga y acusados de agresión tras la viralización de un vídeo en el que se les mostraba empujando a un manifestante de 75 años que cayó al suelo y quedó inconsciente. El hombre ha sufrido una conocíon cerebral y se encuentra hospitalizado en estado grave pero estable.
En Indianápolis la policía ha abierto una investigación tras la aparición de otro vídeo en el que se ve al menos a cuatro oficiales golpeando a una mujer con porras y disparándole bolas de pimienta el pasado domingo por la noche.
Y el jueves, en la ciudad de Nueva York, los oficiales cargaron con con porras contras docenas de manifestantes pacíficos, ya inmovilizados en el suelo, que desafiaban el toque de queda en el Bronx.
Los disturbios raciales se han convertido en uno de los principales desafíos de la administración Trump en un momento en el que el país aún combate contra la pandemia del coronavirus y a seis meses de las elecciones presidenciales de noviembre.
El presidente condena la muerte de Floyd pero ha adoptado un postura dura ante las manifestaciones. Califica a los que protestan de “matones” y “terroristas”. Desde el partido demócrata se acusa a Trump de estar alentando las tensiones en lugar de tratar de calmar las protestas.
Varios grupos de defensa de los derechos civiles han presentado una demanda contra Trump tras las cargas policiales que se produjeron en la capital a principios de la semana pasada para dispersar a los manifestantes del entorno de la Casa Blanca y permitir a Trump acudir, a pie, a una iglesia cercana en la que se hizo una foto levantado una biblia.