Supermartes: todos contra Bernie Sanders, el abuelo que seduce a los jóvenes

Temor en el 'establishment' demócrata por el auge de Sanders
El supermartes es clave en la carrera hacia la Casa Blanca
Los precandidatos a la presidencia de Estados Unidos se preparan para la gran cita en las primarias de los partidos: el famoso supermartes. La formación demócrata deshoja la margarita: ¿quién será su aspirante para batirse contra el presidente Donald Trump? La carrera interna es larga (durante cinco meses se celebran votaciones en todos los estados); pero en este combate los resultados del supermartes son claves para despejar la incógnita.
¿Por qué es tan importante? Pues porque en un mismo día -el 3 de marzo- se concentran muchas votaciones: en 14 de los 50 estados del país y en la Samoa Americana. En esos estados se incluyen California y Texas, los dos más poblados. El resto son: Alabama, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Utah, Vermont y Virginia.
En esa jornada se decide, por tanto, el 40% de los delegados que apoyarán a los distintos aspirantes en la convención nacional del partido que se celebra en julio. El preaspirante que sume más delegados se convertirá en el candidato del partido en la lucha por la Casa Blanca.
El 'tío Bernie', contra el 'establishment' del partido demócrata
En esta batalla, todas las miradas se concentran en el aspirante de mayor edad: Bernie Sanders. A sus 78 años, es quien llega con ventaja. Algo que despierta temor en establishment del partido demócrata, que no le ve como la mejor opción para plantarle cara a Trump. Sanders es el hombre que se autoproclama socialista en un país en el que esa definición despierta enormes recelos. Por ello, él suele aclarar que un "socialista demócrata".
Habrá cumplido 79 años cuando se celebren las elecciones estadounidenses (el próximo 3 de noviembre), pero ha conseguido seducir y movilizar a los más jóvenes con su promesas: educación universitaria gratuita, sistema de salud público universal, subida del salario mínimo, reforma fiscal, mayores beneficios sociales o un sistema de energías renovables.
El tío Bernie -como se refieren a él los latinos- encarna una izquierda sin complejos que centra su discurso en los desposeídos. Su posición de favorito y el consiguiente "todos contra Sanders" se escenificó en el último debate demócrata, el pasado martes. Sus alabanzas al programa de alfabetización de Fidel Castro en Cuba desataron las duras críticas de sus contrincantes.
I believe in democracy. That means one person, one. vote, not billionaires buying elections. Together we will restore our vibrant democracy and create a government that works for all. Join us live in Spartanburg, SC: https://t.co/04zexKrdgM
— Bernie Sanders (@BernieSanders) February 28, 2020
Un combate que libra con, entre otros: el exvicepresidente Joe Biden, el candidato del establishment del partido, Elisabeth Warren, senadora por Massachussets o Michael Bloomberg, el multimillonario excalde de Nueva York. Pete Buttigieg, el primer político abiertamente gay que se postula como precandidato a la presidencia, ha abandonado la carrera a última hora.
Sanders, senador independiente por Vermont, perdió las primarias hace cuatro años frente a Hillary Clinton. Nacido en Brooklyn, Nueva York, es hijo de un inmigrante judío de Polonia cuya familia fue asesinada en el Holocausto. Llegó al Senado en 2007. Antes, fue representante de la Cámara Baja durante 16 años y alcalde de Burlington, Vermont, entre 1981 y 1989.
El pasado octubre, Sanders sufrió un infarto durante un mitin en Las Vegas, pero el susto no le ha impedido librar batalla. Lo hace convencido de que él es la persona que ha de enfrentarse al presidente Trump, cuyo ascenso tampoco contó -en su momento- con el beneplácito del establishment del partido republicano.