Con la vista puesta en Ohio, el estado termómetro de las elecciones de Estados Unidos


Ohio es un territorio que está considerado como el termómetro político del país
Ohio es un estado que, junto con Pensilvania, Michigan y Wisconsin, forma parte del cinturón de óxido (Rust Belt), una zona industrial que no pasa por su mejor momento. Pero, sobre todo, es un territorio que está considerado como el termómetro político del país. De hecho, desde los años 60, todos los candidatos que han ganado las elecciones presidenciales lo han hecho también en este estado de 11 millones de habitantes y en toda la historia de los Estados Unidos, nunca un presidente ha llegado al poder sin haber conseguido imponerse antes aquí (excepto Grover Cleveland en 1884 y 1892, Roosvelt en 1944 y Kennedy en 1960).
Ello ha dado lugar a que este estado, que no es visitado habitualmente por los turistas por carecer de grandes urbes carismáticas o famosos paisajes naturales, sea sin embargo el centro de las campañas electorales. Como va Ohio, va la nación (as Ohio goes, so goes the nation), dice el refrán popular al referirse a las características de esta zona que representa como ninguna la mezcla de áreas urbanas y rurales, clases sociales y minorías raciales como la afroamericana. Esa diversidad, reflejo del crisol en el que se ha convertido el país, es la causa de que no sólo las encuestas políticas, sino también las empresas comerciales, prueben aquí sus productos ante de lanzarlos al resto del país.
Última hora de las encuestas
¿Y qué dicen en estos momentos las encuestas? Pues los datos arrojan una votación muy ajustada entre Trump y Biden. La página web de previsiones Real Clear Politics da una ventaja a Trump casi imperceptible de 0.2 puntos (47 para el republicano y 46.8 para el demócrata) mientras que la empresa de mediciones FiveThirtyEight arroja una leve ventaja de 2.2 puntos porcentuales para Biden. Es decir, casi un empate que puede decidirse a favor de cualquiera de los dos candidatos en el último momento y no olvidemos que quien gana el voto electoral de cada estado se lleva la totalidad de los votos.
La situación es imprevisible porque si bien en las elecciones anteriores se impuso Donald Trump, con un amplio margen de 10 puntos, sobre Hillary Clinton, en 2012 fue Barack Obama quien ganó con una ventaja de 12 puntos sobre los republicanos, lo que otorga a Ohio también el estatus de swing state o estado bisagra (que da su voto de forma cambiante en cada elección a demócratas o republicanos, no de forma estable como otros estados).
Industria y cultivos
Las razones de este cambio del voto son variadas, tanto como las características del estado. Así, Ohio cuenta con un sector industrial, ahora de capa caída, que ha sido muy importante para la economía del país, pero también es un estado rural en el que parte de la población vive de sus cosechas. En este sentido, muchos granjeros que en su momento votaron por Trump, se han sentido perjudicados por el proteccionismo del presidente frente a China, que ha frenado las importaciones de soja y otros productos.
Las grandes plantaciones además precisan de abundante mano obra que la mayoría de las veces es inmigrante, vive en dormitorios comunes cerca de los cultivos y ha sido uno de los grupos de población a los que más ha afectado la pandemia. La mala gestión del actual presidente tampoco les ha beneficiado en ese sentido, lo que da lugar a la incógnita de saber dónde va a ir este voto que hasta hace poco era claramente pro Trump.
También la industria del acero, pujante durante mucho tiempo, apoyó las promesas del actual mandatario. Este auguró inversiones en infraestructuras e impuestos al acero chino que nunca llegaron. Lo que se suma a un sector de la manufactura que ya estaba muy afectado y que perdió 40.000 empleos a lo largo de la pandemia, según datos de la Reserva Federal. Todo ello ha desembocado en la pérdida de un poder adquisitivo de la clase media y obrera que en su momento se inclinó por los republicanos pero que ahora se muestran desencantados, de ahí el aumento de apoyo que están experimentando los demócratas.
Efecto cascada
Las consecuencias del cambio de tendencia del voto en Ohio pueden tener reflejo en otros estados del cinturón de óxido (Pensilvania, Michigan y Wisconsin), que se consideran decisivos para los resultados finales de estas elecciones, al igual que lo fueron en las anteriores. Todos ellos suman 48 votos electorales que en 2016 se consiguieron por solo unas decenas de miles de votos populares, haciendo caer la balanza del lado republicano. Veremos si esos mismos miles de votos son los que en 2020 hacen de nuevo ganador a Donald Trump o, fieles a su cliché de estado bisagra, cambian de nuevo su tendencia de voto.
La respuesta la tienen los ciudadanos mañana, en las elecciones del 3 de noviembre.