"Es el apocalipsis": 135 muertos y más de 5.000 heridos tras la explosión en el puerto de Beirut


Las autoridades atribuyen la tragedia a la detonación de 2.750 toneladas de nitrato de amonio que llevaban seis años almacenadas
Beirut llora. Y los equipos de rescate siguen buscando entre los escombros algún superviviente de la explosión que deja ya al menos 135 muertos y más de 5.000 heridos. La onda expansiva fue tan enorme que arrasó edificios en un radio de cientos de metros y pudo sentirse en Chipre, a 240 kilómetros de allí.
El escenario se asemeja al de un terremoto. Según los sismólogos, el equivalente a un seísmo de magnitud 3,3. Miles de personas se han quedado sin hogar y se hacinan en hospitales sobrepasados. "¿Qué nos ha pasado?", se preguntan los libaneses.
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El presidente Michel Aoun ha atribuido la tragedia a la detonación de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de la capital. Se ha anunciado una investigación y el Consejo Supremo de Defensa del Líbano ha afirmado que los responsables enfrentarán el "castigo máximo" posible. Según las informaciones difundidas, el nitrato de amonio había sido descargado de un barco confiscado en el puerto en 2013 y almacenado allí.
Este miércoles se ha convocado una reunión urgente del Gabinete. El presidente ha asegurado que debería declararse el estado de emergencia durante dos semanas y ha decretado un luto de tres días. Ha anunciado que el Gobierno destinará 55 millones de euros de los fondos de emergencia para hacer frente a la devastadora situación.
La ministra de Información, Manal Abdel Samad, ha confirmado además la creación de una comisión de investigación que presentará sus conclusiones en el plazo de cinco días. Asimismo, ha manifestado que el estado de emergencia en Beirut, que ha sido declarado también zona de desastre, podrá ser prorrogado en caso de que las autoridades lo consideren necesario, según ha informado la agencia estatal libanesa de noticias, NNA.
Entre las víctimas de las explosiones hay ciudadanos extranjeros, tal y como han ido confirmando algunos gobiernos. Filipinas, por ejemplo, ha indicado que dos de sus nacionales han fallecido y otros once están desaparecidos, mientras que Egipto ha confirmado la muerte de dos de sus ciudadanos.
"No sé si este país volverá a levantarse"
"Hemos tenido algunos días oscuros en el Líbano a lo largo de los años, pero esto es otra cosa", se lamenta Rami Rifai, un ingeniero de 38 años, a AFP en un hospital en el que sus dos hijas reciben tratamiento tras sufrir varios cortes por la explosión. "Ya tuvimos la crisis económica, un Gobierno de ladrones y el coronavirus. No pensé que podría empeorar, pero ahora no sé si este país puede volver a levantarse. Todos intentarán irse", dice con la voz ahogada por las lágrimas.

"Lo que estamos presenciando es una gran catástrofe", contaba horrorizado el jefe de la Cruz Roja del Líbano, George Kettani, a los medios locales. "Hay víctimas y víctimas en todas partes".
"Todos los edificios por aquí se han derrumbado. Estoy caminando a través de vidrios y escombros por todas partes, en la oscuridad", narraba un testigo cerca del puerto a la agencia de noticias AFP. Una residente de Mar Mikhail, uno de los vecindarios más afectados, dijo que vio cuerpos esparcidos en la calle, aparentemente arrojados desde los balcones y tejados por la explosión. "El apocalipsis": así ha titulado el diario libanés L’Orient-Le Jour.

Más de 300.000 personas sin hogar
El gobernador de Beirut ha contado que más de 300.000 personas se han quedado sin hogar a causa de las explosiones. Según él, las autoridades trabajan para proporcionarles agua, comida y refugio. Además, ha valorado los daños materiales entre 3.000 y 5.000 millones de dólares, "quizá más".
Las fuerzas de seguridad han tenido que acordonar la 'zona cero' para evitar que las familias se acerquen a buscar desparecidos, que los residentes vuelvan a sus casas y para impedir saqueos.
Así, el ministro de Sanidad, Hamad Hasán, ha descrito la situación como "una catástrofe en todo el sentido de la palabra", admitiendo que muchos heridos aún no han podido recibir atención porque los servicios sanitarios están desbordados tanto en Beirut como en sus alrededores.
La tragedia se ha producido en un momento complicado en Líbano, con una crisis económica que reaviva las viejas divisiones mientras el país lucha contra el coronavirus. Y todo esto, a pocos días del veredicto por el asesinato del exprimer ministro Rafik Hariri en 2005.