China confirma que el virus de Pekín vino de Europa y que circuló varias semanas sin ser detectado


Las autoridades chinas comparten el genoma del virus hallado en el mercado de Xinfadi
El hallazgo demuestra la gran exposición de cualquier población a un rebrote
La autoridades chinas han compartido después de casi una semana el genoma del virus que ha originado el rebrote de Pekín. Los resultados confirman que el origen del patógeno es europeo y deja varios temores sobre la exposición de cualquier población a sufrir nuevos focos de infección.
China, origen de la pandemia, sofocó la transmisión del virus, pero le ha llegado de vuelta desde Europa. Y, además, lo ha hecho de manera silenciosa hasta estallar en un rebrote que ha obligado al cierre parcial de la capital del país.
El linaje del virus hallado en el mercado de Xinfadi es europeo, pero más antiguo que los que circulan por el viejo continente. Eso significa que, antes de detectarse el brote, llevaba varias semanas propagándose sin que nadie lo detectase.
La antigüedad de una variedad concreta del SARS-CoV-2 se puede determinar por sus mutaciones. El patógeno, al replicarse, genera copias que nunca son idénticas al original, siempre hay variaciones, que luego pueden implicar o no alteraciones en el comportamiento del virus. Este fenómeno permite establecer el árbol genealógico del coronavirus y relacionar las diferentes variedades.
"Este virus llegó hace un tiempo. Si sólo hubiese estado aquí desde hace poco, no se habría extendido en un área tan grande", explica Zhang Yong, director adjunto del CDC chino.
El proyecto Nextstrain, que elabora un mapa de las variedades del SARS-CoV-2 confirma que el genoma compartido por China es similar a los europeos.
Ese patógeno fue hallado en una tabla de cortar salmón en un puesto de pescado importado del mercado. El paciente uno de este brote fue un cliente que compró pescado allí. Su pista llevó hasta los vendedores de ese puesto, entre los que se detectaron varios positivos. Después también aparecieron contagios en los trabajadores de otras paradas de venta de carte de ternera y cordero.
La mayor concentración de trazas del SARS-CoV-2 se halló justo en la zona de mercado donde están estos puestos.
Wu Zunyou, epidemiólogo jefe del CDC chino, asegura que el inicio de este brote les recuerda al de Wuhan, pero confía en que esta vez se está manteniendo bajo control. De hecho, la experiencia de Wuhan les ha ayudado a ser más rápidos en detectar el origen.
"Las pescaderías tienen agua y productos congelados", explica Wu, "la baja temperatura y la humedad facilitan que el virus sobreviva. Tenemos que averiguar por qué estos puestos se han convertido en un centro de transmisión".
También en Wuhan, junto a las paradas de animales salvajes, había otras con pescado. Los peces, al contrario que los mamíferos, no tienen receptores celulares que permitan al virus infectarlos. Pero su piel o su carne sí puede contaminarse al ser manipulada por humanos y después sobrevivir durante bastante tiempo gracias al frío y al agua.
Se desconoce en qué medida esto supone un riesgo de contagio. Pero la Comisión Nacional de Salud china ha recomendado no lavar ningún tipo de carne bajo el grifo para evitar las salpicaduras de gotas.