Contagiados tras un mes de encierro en Shanghái: la realidad que cuestiona la política 'cero covid'


Después de semanas confinados en sus domicilios miles de habitantes de Shanghái están dando positivo en las PCR
Achacan el contagio a las colas para hacerse PCR o al momento de entrega de alimentos
Muchas personas empiezan a rechazar las pruebas PCR lo que está provocando sanciones
En los más de 30 días que lleva la ciudad china de Shanghái confinada hemos visto de todo, protestas de la población ante la falta de alimentos o por ser ingresados en centros de aislamiento con condiciones inhumanas, gente desalojada de sus casas para convertirlas en lugares de cuarentena improvisados y hasta supuestos muertos por covid que han terminado resucitando de camino a la morgue.
Un sin fin de episodios que no han hecho más que minar la confianza de los ciudadanos en la gestión de la pandemia, en su famosa política covid cero. Ahora, una nueva información vuelve a cuestionarla.
Según recoge la agencia Reuters cientos de personas se estarían contagiando a pesar de llevar encerrados en sus casas más de un mes. Veronica, una residente de Shanghái, ha relatado su caso en primera persona.
Positivos tras un mes encerrados
Veronica pensó que en casa estaría a salvo. Cumplió a rajatabla el estricto confinamiento impuesto en Shanghái por las autoridades chinas. Ella y su familia permanecieron encerrados en su domicilio desde el 1 de abril, cumpliendo escrupulosamente las órdenes del gobierno de quedarse en casa, abriendo la puerta solo al personal que acudió a hacerles las pruebas PCR, todos enfundados en Epis.
Cuando la ausencia de positivos en su urbanización permitió aligerar las medidas y que los vecinos pasearan dentro del complejo, tanto ella como el resto llevaron mascarillas FFP2.
Durante semanas estuvieron libres de covid, pero a finales de abril, después de la prueba PCR número 12, Verónica, otro miembro de su familia y un puñado de vecinos dieron positivo. "No tengo idea de cómo lo cogimos", ha contado Veronica, que se ha negado a dar su nombre completo, alegando privacidad.
Su edificio fue declarado "sellado". Tanto ella como los demás positivos fueron enviados a centros de cuarentena. Al resto se le ordenó volver a meterse en sus casas otros 14 días.
"Seguí todas las reglas", ha insistido Verónica desde el centro de aislamiento donde sigue confinada junto a cientos de personas. Su caso no es el único. Como ella, miles de habitantes de Shanghái se han contagiado de covid en edificios que habían estado libres del virus y sellados durante semanas.
Una realidad que subraya lo difícil que es detener la propagación de la variante ómicron, altamente transmisible, mientras China se aferra a su política de cero covid, perpetuando los encierros, el desconcierto, la angustia y la ira de la población.
Entre el 21 de abril y el 2 de mayo, los residentes de 4.836 domicilios diferentes se encontraron en una situación similar a la de Veronica, con infecciones que surgieron después de semanas sin infección, según un análisis de Reuters de los datos del gobierno de Shanghái.
Solo el 30 de abril, se registraron 471 direcciones con al menos un caso, después de no registrar ninguno en los 29 días anteriores.
Las medidas de cierre de Shanghái han sido extremadamente estrictas, especialmente durante las dos primeras semanas de abril, y los residentes solo han podido salir de los recintos por razones excepcionales, como una emergencia médica o a hacerse la PCR. Lo contaba en esa fecha a NIUS Eladio López, 'Lalo', un español que reside en la ciudad china desde hace siete años. A muchos ni siquiera se les ha permitido salir por la puerta de su casa para mezclarse con los vecinos.
Aunque la situación está más controlada y el número de casos diarios de Shanghái ha disminuido durante seis días consecutivos, aún hay miles de contagios diarios que generan especulaciones sobre cómo se está propagando el virus, y encienden el debate sobre la eficacia de la política de covid cero.
Rechazo a las pruebas PCR
En busca de respuestas, muchos residentes apuntan a que las infecciones se deben estar produciendo en las colas para hacerse las pruebas PCR, o en el momento de entregas de alimentos y otros artículos, que dependen de voluntarios y mensajeros.
Algunas personas incluso han comenzado a rechazar las pruebas PCR, lo que está generando sanciones por incumplimiento de las medidas. Las autoridades de Shanghái han reconocido que no se puede descartar la infección a través de la distribución de suministros, entre otras posibilidades.
Los expertos en salud dicen que esta propagación inevitable demuestra la dificultad de China para cumplir su objetivo de cero covid y señalan que el país seguirá siendo golpeado mientras no inicie una campaña de vacunación masiva entre la población más vulnerable. Las tasas de vacunación de China son bajas en comparación con otros lugares, especialmente entre la población de más edad.
Los especialistas en salud pública han alertado de los altos costos de una política que para ser efectiva tendría que mantenerse meses en el tiempo y aún así no garantiza eliminar la transmisión de manera definitiva. En Shanghái hay 26 millones de personas. Hacerles pruebas PCR constantes requiere de muchos recursos, tanto económicos como humanos.
Además, las estrictas medidas están afectando la salud mental de la población de manera significativa. Cada nuevo caso tiene múltiples consecuencias: la persona covid positiva y sus contactos cercanos deben entrar en un centro de cuarentena. Todos los vecinos de su edificio deben aislarse durante 14 días, y el reloj se reinicia cada vez que se encuentra un nuevo caso. Una dinámica agotadora para muchos.
Veronica dice que ha quedado marcada por la experiencia. "No salgan de sus apartamentos", ha dicho, "Aunque ni siquiera sé si eso puede ayudarnos".