Manila bate un nuevo récord: más de seis meses de cuarentena, la más larga del mundo


La capital filipina lleva cerrada por tierra, mar y aire desde el 15 de marzo
Cada día se registran entre 3.000 y 4.000 casos nuevos en el país
Solo el 2,5% de la población se ha hecho la prueba del coronavirus
Manila ha superado el umbral de los seis meses ininterrumpidos de cuarentena y se encamina hacia el encierro más largo y estricto del mundo, sin fecha para su final, mientras los esfuerzos para contener la pandemia siguen fracasando con Filipinas como principal foco de COVID-19 en el Sudeste Asiático.
Filipinas ha confirmado de momento 265.888 casos de la covid-19, de los que la capital aglutina más de la mitad: 144.000 casos, lo que muestra que el duro confinamiento no ha dado los resultados esperados en una de las ciudades más densamente pobladas del mundo. La cifra de muertos roza los 60.000, la más alta de la región, donde casi todos los países vecinos, excepto Indonesia, han contenido la pandemia y recuperado cierta dosis de normalidad.
La estricta cuarentena no es efectiva
"La epidemia sigue avanzando, no está controlada, y la curva sigue siendo ascendente después de seis meses, con un promedio diario de 3.000 o 4.000 nuevos casos, la mayoría en Manila", indicó en un foro con la prensa extranjera el exsecretario filipino de Salud Manuel Dayrit, quién gestionó con éxito la crisis del SARS en 2003.
La capital -con casi 14 millones de habitantes- se cerró por tierra, mar y aire el 15 de marzo y así permanecerá al menos hasta el 30 de septiembre, un total como mínimo de seis meses y medio, periodo en el que los viajes a y desde Manila están prohibidos excepto por emergencias. La cuarentena de Manila será de momento la más larga del mundo.
Los primeros casos de COVID-19 llegaron a Filipinas a finales de enero, importados por turistas chinos, pero las transmisiones comunitarias se confirmaron a principios de marzo y el presidente Rodrigo Duterte, que inicialmente menospreció el impacto del virus, decretó emergencia nacional el 9 de marzo, dos días antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la pandemia.
Falta de test rápidos
Manila, y casi la totalidad del país, estuvo en estricto confinamiento tres meses consecutivos, en los que la capital se convirtió en una ciudad fantasma, sin tráfico y con todos los establecimientos cerrados; situación a la que regresó durante quince días en agosto para frenar un nuevo pico de contagios que saturó los hospitales.
"Se deben realizar más pruebas y ser más efectivos en el rastreo de contactos y en las normas de aislamiento para contener la propagación. Y luego se deben implementar correctamente los cierres localizados", señaló a la Agencia Efe el profesor Guido David, del centro de análisis de datos de la Universidad de Filipinas.
Filipinas ha sometido a test solamente a 2,9 millones de personas -alrededor del 2,5 % de los casi 109 millones de habitantes del país- lo que dificulta la localización de nuevos brotes de la enfermedad, que tiene un alto porcentaje de pacientes asintomáticos, lo que complica aún más la identificación de casos.
Sin embargo, David admitió que los "cierres y estrictos confinamientos no son una solución a largo plazo" porque es "económicamente devastador para un país en vías desarrollo como Filipinas", por lo que abogó por imponer cuarentenas selectivas a pequeña escala para contener brotes.
"No creo que sea eficaz cercar ciudades enteras o regiones. Solo es necesario cerrar áreas particulares, pero asegurándose de que se cumplen buenas prácticas de salud, como llevar máscarillas, lavarse las manos regularmente y aislar correctamente a los casos sospechosos",afirma la doctora Esperanza Cabral, que también fue ministra de Sanidad entre 2009 y 2010.