La odisea de una residente de Shanghái en los centros de cuarentena: "Me sentía como en una prisión"

Kumi Wu, de 26 años, pasó por dos instalaciones de tránsito hasta su llegada al hospital
"Sentí que estaba soñando, fue muy surrealista", cuenta la joven, que espera que "todo termine pronto"
La ciudad más poblada de China está combatiendo el mayor brote de covid del país con una política que obliga a todos los positivos a trasladarse a centros de cuarentena
El 16 de abril, Kumi Wu, residente de Shanghái, se despertó con dolor de garganta. Bajó de su apartamento para hacerse un test de detección de covid, obligatorio en todo el centro financiero de China.
Al día siguiente, el departamento de control de enfermedades la llamó y la dijo que la trasladarían a un hospital improvisado. En esos momentos, Kumi Wu sentía que se había recuperado durante la noche. Esto marcó el comienzo de un viaje desconcertante para la joven, de 26 años, quien finalmente llegó al centro hospitalario de Nanhui Lingang tres días después.
Shanghái, la ciudad más poblada de China, con 25 millones de habitantes, está combatiendo el mayor brote de covid del país con una política que obliga a todos los casos positivos a trasladarse a los centros de cuarentena.
La ciudad realiza pruebas diarias de covid en toda la ciudad y acelera el traslado de los positivos a los centros para erradicar la transmisión del virus fuera de las zonas de cuarentena. La semana pasada, las autoridades también trasladaron comunidades enteras, incluidas personas no infectadas, asegurando que necesitaban desinfectar sus hogares, según los testimonios de algunos residentes en las redes sociales.
Un encierro en dos instalaciones de tránsito hasta llegar al hospital
Wu ha grabado y tomado fotos de su experiencia en las dos instalaciones de tránsito, repletas de personas como ella, mientras se dirigían al hospital. Primero se quedó en una habitación siniestra con camas plegables y mantas usadas por otras personas que habían pasado por las instalaciones. Todos comían en cajas de plástico. En esos momento, ella, asegura, no tenía información sobre lo que le estaba pasando.
Después, el 18 de abril, la enviaron a una segunda instalación y ahí fue cuando, dice, la realidad la golpeó. "En la primera parada era optimista y pude bromear con mis amigos. Pero cuando llegué a la segunda instalación de tránsito, mi mentalidad comenzó a cambiar un poco. Me hizo sentir como si estuviera en prisión. Cuando estaba sentada en la sala mirando a la 'gran gente blanca' (sanitarios con trajes blancos) mientras pasaba afuera, sentí que estaba soñando, fue muy surrealista", cuenta a Reuters desde el hospital improvisado.
Encerrada en una habitación, Wu esperó, observando a través de su ventana enrejada a los sanitarios con equipos de protección personal que patrullaban la instalación de cuarentena, hecha de contenedores de envío, y reprendían a quienes abrían las puertas o intentaban salir.
La joven fue finalmente trasladada al hospital el 20 de abril, alrededor de la medianoche, y todavía está allí. Se ha hecho la prueba de covid todos los días desde que se fue de casa y espera que ahora los resultados la permitan regresar a casa pronto.
“Claro que al final es bueno volver a casa, pero espero que todo esto termine pronto. Porque cuando regrese a casa, todavía estaré aislada y no puedo seguir con normalidad mi vida", dice Wu, quien dirige un negocio local de trajes de baño, mientras espera que le digan que finalmente puede irse.
Shanghái registró 19.657 nuevos casos asintomáticos de transmisión local el pasado sábado, frente a los 20.634 del día anterior, y 1.401 sintomáticos, frente a 2.736. Además, se registraron 39 muertes, frente a las 12 del día anterior.