Vera Baboun, exalcaldesa de Belén: "En mi vida había visto la Iglesia de la Natividad vacía"

Baboun, antes profesora universitaria, se presentó como candidata a la alcaldía de Belén en 2012
Cuando esta profesora universitaria de literatura inglesa decidió liderar una lista propia dentro del partido Al Fatá y presentarse como candidata a la alcaldía de Belén en las elecciones locales de 2012, pocos pensaron que Vera Baboun se alzaría con la victoria dentro de un partido mayoritariamente masculino.
Tampoco imaginaron que, bajo su liderazgo, su formación ganaría las elecciones y que ella se convertiría en la primera mujer al mando del consistorio de la ciudad cisjordana que la vio nacer. "Hice escuchar mi voz, entendí mis retos y rastreé mis capacidades. Eso me ayudó mucho para estar en el sitio donde estoy hoy", cuenta la palestina en una larga charla con NIUS.
Una determinación, explica Baboun, también alimentada por la necesidad de sacar adelante a su familia cuando Israel encarceló durante más de tres años a su marido tras acusarle de participar en acciones de resistencia no violenta. Su ausencia la fortaleció "de un modo único", señala.
Aunque su compañero de vida y padre de sus cinco hijos falleció poco después de salir de prisión, Vera Baboun decidió seguir peleando por los tres retos que, asegura, hoy guían su vida: la lucha por su ciudad, por el empoderamiento de las mujeres y por su país. Un objetivo tripartito que durante décadas se ha visto dificultado por la que para ella es la otra gran pandemia que se propaga por su tierra, la del muro construido por Israel -que aísla a Belén de Jerusalén- la de la segregación o la ocupación de los territorios palestinos, cuya principal secuela, dice Baboun, es "el control permanente de sus residentes".
En este contexto, la llegada de la Covid-19 solo ha venido a empeorar las cosas, prosigue la diputada. Con más de 145.000 contagios y 1.385 muertes entre Cisjordania y la Franja de Gaza, el virus no solo ha paralizado la vida de sus habitantes, sino además perjudicado significativamente la economía de ambos territorios. Según los últimos datos publicados por el Banco Central de Palestina y la Oficina Central de Estadísticas, el Producto Interior Bruto de Palestina ha descendido un 12% solo en 2020 y las inversiones han caído hasta un 36%.
Pregunta: Belén es una ciudad que vive del turismo, pero hoy no hay peregrinos ni turistas. El daño económico es enorme…
Respuesta: Después de la llegada de la COVID-19 todas nuestras instalaciones están cerradas, estamos hablando de 75 hoteles, de 400 fábricas de artesanía, tiendas de souvenirs. El 40% de las familias de Belén dependen directamente del turismo, otro 40% vive indirectamente de él, así que estamos hablando de una economía que hoy está asfixiada. Nunca en mi vida he visto la iglesia de la Natividad sin turistas o peregrinos y eso es un cambio de una vez, muy importante en Belén.
P: Y además en Navidad, cuando Tierra Santa irradia movimiento y vida…
R: Por supuesto también ha restringido la vida, la gente se está acostumbrando a las restricciones, las aceptan, pero lo más importante es que nuestros hospitales e instalaciones médicas no pueden asumir muchos contagios. Necesitamos más ventiladores, es un gran problema, al menos en Belén.
P: ¿Y qué hay de la vacuna? El primer ministro palestino dijo que llegaría en unos meses y que su gobierno no se la había pedido a Israel. Parece que ellos tampoco la ofrecieron a pesar de que, según el derecho internacional humanitario, como "potencia ocupante es responsable del bienestar de la población que controla, incluido el acceso a la Salud"...
R: Cierto, y es su responsabilidad proporcionarla. Sin embargo, no tenemos mucha información desde la Autoridad Palestina en relación a cómo va a empezar la vacunación. Esta semana Netanyahu tenía su vacuna y empezaron a vacunar, en Palestina no, todavía hoy no está claro. Pero creo que en cuanto que Israel controla nuestras fronteras y nuestras vidas son responsables también de asegurarnos la vacuna, a no ser que la Autoridad Nacional Palestina diga rotundamente ¨no la queremos de Israel¨.
P: Al preguntar a los palestinos sobre la pandemia la impresión es de que les preocupa, pero la asumen como una dificultad más. En España no se habla de otra cosa…
R: Usted ha sacado la cuestión. Belén no solo sufre tras la llegada de la COVID sino desde antes, en los últimos 30 años. Desde 2002 sufrimos por la pandemia del muro, de la segregación y de la ocupación. Hasta hoy no hemos conseguido la dignidad y la soberanía que nos merecemos y necesitamos. Imagínese a Belén en medio de estas dos pandemias tan dañinas. Y no solo Belén, también sus ciudades hermanas de Cisjordania. Todo afecta a la vida…
P: ¿Por ejemplo?
R: Hablamos de restricciones de movimiento, de restricciones en la forma de vivir. Lo que vemos en Belén es una forma de vida anormal, nadie puede aceptar vivir en una gran prisión. Piense que Belén tiene un muro en su frontera norte, separándola de Jerusalén. No podemos minimizar la constante construcción de asentamientos (israelíes) alrededor, los checkpoints. Belén como distrito, en sus cuatro fronteras, está controlada por checkpoints y por puertas. Y cuando dices puertas te refieres a que si la ocupación quiere cerrar el distrito lo cierran, y nadie puede entrar o salir…
P: Digamos que como con el coronavirus, pero de forma permanente…
R: Sí, nadie puede ir de Belén a Jerusalén sin un permiso de la ocupación (Israel). Hoy estamos en Navidad y como cristianos en la ciudad la generación más joven, la de los últimos 20 años, ha perdido la conexión con Jerusalén. Y Jerusalén es la ciudad donde se erigió el Santo Sepulcro. Cuando estaba en la escuela solíamos hacer visitas y veíamos todos los lugares turísticos y religiosos de la ciudad.
Hoy esa relación se ha roto. Y esta es otra dimensión muy importante porque la tasa más alta de desempleo está en el distrito de Belén, el 27%. Imagínese con la pandemia, imagínese cómo afecta a los jóvenes no poder ir a trabajar a Jerusalén, una ciudad históricamente hermanada con Belén y hoy separada por el muro de Israel.
P: Imagino un desarrollo complicado. Usted dice que imposible sin soberanía…
R: Yo he sido alcaldesa de la ciudad. El 62% de nuestra tierra es área C controlada por Israel. La constante construcción de asentamientos está afectando dramáticamente a nuestra soberanía sobre la tierra. Como pueblo no puedes vivir sin desarrollo, necesitas instalaciones, infraestructuras, necesitas expandirte. Hoy Belén está superpoblada. Imagínese que tenemos bajo nuestra administración solo las zonas A y B - los Acuerdos de Oslo dividieron Cisjordania en tres áreas -, lo que comprende solo el 40% del territorio, así que es un tema muy crítico.
P: ¿Por eso la gente sigue marchándose de la ciudad?
R: Sí, la emigración de los cristianos también es otro factor consecuencia de las prácticas de la ocupación. Las familias buscan una mejor vida, sin muros, sin restricciones…
P: Pero los cristianos de Belén también mencionan otra presión, la demográfica. Cada vez son menos frente a una población musulmana creciente…
R: Lo de la demografía es verdad. Los cristianos hoy solo representan un 1 por ciento. Hay 6 millones de palestinos, 4 en Cisjordania y 2 en Gaza, pero el número de cristianos por ejemplo en Cisjordania no supera los 45.000.
Además como cristianos nuestra tasa de nacimientos es baja, pero no considero que seamos una minoría. Por eso no creo que aunque el número de musulmanes haya crecido eso sea una excusa para marcharse. Tengo la convicción de que si la vida fuera más fácil en cuestión de desarrollo, derechos humanos, lo que es vivir simplemente, dudo que las familias hubieran emigrado.
P: Y la gran pregunta, ¿qué solución plantea? El primer ministro dijo recientemente que la idea de los dos Estados había fracasado y que era momento de hablar de uno solo que también incluyera a los palestinos y donde ellos tuvieran los mismos derechos. ¿Es viable?
R: En los últimos 20 años Israel ha estado cambiando la realidad sobre el terreno y esto ha afectado críticamente a la solución de los dos Estados. El señor Mohamed Shtayyeh cree, y muchos otros, que hemos perdido esta opción, ¿cuál es la alternativa?. El acuerdo de paz (auspiciado por la administración Trump y bautizado como ¨Acuerdo del Siglo¨) mostró el mapa que habían diseñado los norteamericanos…
P: A ustedes no les gustó nada…
R: La realidad fue espantosa. Mostraron un mapa de guetos, de ciudades desconectadas y eso es imposible de aceptar. Así que ¿una solución de un Estado puede funcionar si Israel insiste en ser un Estado solo judío?. Porque si Israel insiste, entonces hablaríamos de un Estado de apartheid. Para sus ciudadanos esa solución ya sabemos que no funcionaría, no quieren, y ¿además con nosotros, los palestinos, dentro de ese Estado?. Se tiene que discutir, pero repito que en tanto en cuanto Israel quiera ser un Estado judío ya no será un Estado democrático. Nosotros seríamos ciudadanos de segunda en él a no ser que tuviéramos los mismos derechos, por ejemplo a la hora de votar. Sin esto seguiríamos bajo una ocupación como hasta hoy.
P: Hablemos de Estados Unidos. Para ustedes la presidencia de Trump ha sido terrible. Ahora llega Biden, ¿qué esperan de su administración?
R: La nueva administración norteamericana necesita pensar en 3 cosas: los derechos de los palestinos son importantes, poder tener una vida normal, la soberanía. No es momento de hablar solo de leyes internacionales o de derechos humanos, es importante aplicarlos. Desde aquí ya no podemos seguir perdiendo oportunidades porque Israel trabaja cada día para cambiar la realidad sobre el terreno.
P: ¿Por ejemplo?
R: Hoy hay una gran amenaza por ejemplo sobre Belén y es la construcción de un gran asentamiento entre nuestro distrito y Jerusalén. Givat Hamatos, éste es un asentamiento enorme. Si no lo paran perderemos totalmente la conexión entre Belén y Jerusalén y no solo geográfica o territorialmente, sino a todos los niveles.
P: ¿Qué le parecen los recientes acuerdos entre Israel y Emiratos Árabes, Bahréin o Marruecos?
R: Los acuerdos han dejado en shock a la nación palestina. Es difícil para nosotros aceptar una normalización sin asegurar una solución justa para la causa palestina. Los Emiratos fueron claros, dijeron que su acuerdo estaba pre-condicionado a la seguridad de parar la construcción de asentamientos israelíes y la anexión de la zona C de Cisjordania (promesa del Ejecutivo de Benjamín Netanyahu en 2019). Pero nuestra causa es más grande que eso, implica una solución justa para nuestra independencia y soberanía, así que al final para nosotros no ha supuesto nada.
P: Bueno, sí, el abandono de algunos países árabes a su causa…
R: Ha sido su decisión, pero verdaderamente como árabes no esperamos que lo hagan sin forzar una solución. Israel, como fuerza ocupante, no va a regalar nada como gesto de buena voluntad y ésa ha sido una lección histórica que ha probado su vigencia en los últimos 25 años.
P: ¿Es posible retomar la mediación norteamericana en unas futuras negociaciones?
R: Definitivamente necesitamos negociaciones. Sin embargo, lo que ha hecho la administración norteamericana en los últimos 40 años ha sido muy dañino para nosotros. Negociáramos o no ha sido una fuerza de imposición, por eso palestinos e israelíes no pueden hacerlo juntos, con este liderazgo o con otro. Necesitamos que otra parte intervenga. Lo que funcionará al final no se lo puedo decir, pero sé que si tienen lugar unas nuevas negociaciones, algo obtendremos.
P: Por último, ¿qué le pide al 2021?
R: Desde Belén no decimos Feliz Año Nuevo, sino un Feliz Año Nuevo más feliz porque todo lo que hemos vivido está más allá de nuestra imaginación. Espero que la pandemia termine y también que mi país vuelva a tener la oportunidad de estar en el mapa del mundo. Deseo que la estrella de Belén nos irradie, que abra nuestros corazones y mentes. Que traiga paz a una tierra que no la tiene.