Tony Blair quiere volver a la política trece años después

Ha mantenido reuniones secretas con el Partido Conservador, con el que está colaborando como asesor de la estrategia contra la pandemia
Su intención es la de limpiar su manchada reputación tras una década como primer ministro laborista, según apuntan algunos medios británicos
Su figura sigue generando división en el país por su decisión de invadir Irak junto a George W. Bush en 2003 sin el apoyo de los organismos internacionales
Tony Blair se estaría planteando volver a la primera línea política trece años después de dejar el cargo de primer ministro, el más longevo laborista en el cargo. Blair habría mantenido reuniones secretas con el Partido Conservador, según apunta el ‘Sunday Times’. Blair ha estado colaborando como asesor del gobierno de Johnson en la definición de la estrategia en la lucha contra el coronavirus. Se ha reunido varias veces con el ministro de Sanidad, Matt Hancock, con la jefe del programa de seguimiento del virus, la baronesa Harding, y con exasesor laborista y ahora miembro del comité de expertos del gobierno, Steve Bates.
Su figura ha vuelto a aparecer en los medios de comunicación de los últimos meses como referente de la estrategia ante la pandemia. Ha convertido el centro de investigación que creó hace cuatro años, el Tony Blair Institute for Global Change, en un laboratorio de estudio del covid-19 y ha ofrecido sus servicios al gobierno. Desde el principio de la pandemia, apostó por la extensión de los tests, por el uso de mascarillas, por la vacunación masiva y más recientemente por aplazar la segunda dosis de las vacunas y utilizarla para tratar de inmunizar al máximo de ciudadanos posibles.
Muchas de estas estrategias han sido adoptadas por el gobierno de Johnson. Incluso publicó un documento en el que se refería a los tests masivos como ‘Moonshot’, término que más tarde acuñaría Johnson para referirse a la operación para hacer tests a toda la población. Preguntado sobre sus supuestas reuniones con Blair, Hancock ni las confirmó ni las negó. Dijo que se reunía con mucha gente y que estaba abierto a todo el mundo. Una amigo de Blair explicó al ‘Sunday Times’ que Blair quería volver a la política para limpiar la manchada imagen que había dejado como primer ministro.
El primer ministro más carismático
Tony Blair se convirtió en el primer ministro más joven desde el siglo XIX cuando arrasó en las elecciones de 1997 con una mayoría absoluta. Tenía entonces 43 años y un carisma extraordinario. Había devuelto a los laboristas al poder tras dieciocho años en el ostracismo con lo que él, Gordon Brown, Peter Mandelson y Alastair Campbell llamaron el Nuevo Laborismo. Era una mezcla de capitalismo y socialismo basado en la teoría de la Tercera Vía del sociólogo Anthony Giddens, que apostaba por la combinación de la liberación de la economía y las reformas sociales.
Consiguió el apoyo de la clase media y alta británica. Gozó de los índices de popularidad más altos que ha tenido un primer ministro. En poco tiempo en el cargo consiguió que se cerraran los acuerdos de paz en Irlanda del Norte que ponían fin a 40 años de conflicto armado en la región, e inició la devolución de los parlamentos escocés y galés, una decisión que ha sido criticada recientemente por Boris Johnson. Tocó techo tras la muerte de Diana, cuando tuvo que convencer a la reina para que se mostrara ante los ciudadanos, que estaban muy furiosos con la monarquía. Volvió a ganar por mayoría absoluta en las elecciones de 2001.
Sin embargo, todo se torció en el 2003 con la decisión de invadir Irak junto a los Estados Unidos de George W. Bush pese a no contar ni con el apoyo de la OTAN, ni del consejo de seguridad de la ONU, ni de la Unión Europea. La razón que dio fueron las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein que luego no existieron. El autor del informe del gobierno que justificaba la invasión, David Kelly, se suicidó tras filtrarse que había exagerado el informe. Dimitieron el ministro de exteriores, Robin Cook, y otros miembros de su gobierno y se organizaron las mayores manifestaciones contra de la guerra que se recuerdan en el país.
El fantasma de la guerra de Irak
Todo su prestigio se vino abajo. Pese a esto, todavía consiguió imponerse en sus terceros comicios, los de 2005, aunque con una mayoría relativa. Dos años más tarde, en 2007, cedió su cargo a su fiel ministro de economía, Gordon Brown. Y se retiró de la política. Fue nombrado enviado especial del Cuarteto de la ONU en Oriente Medio y creó su propia empresa a través de la cual dio conferencias y asesoró a gobierno de todo el mundo. Se hizo de oro. El amigo de Blair explicó al ‘Sunday Times’ que Blair “no tiene problemas de dinero y lo que único que quiere es restablecer su reputación”.
La de ahora no es la primera vez que Blair expresa su opinión públicamente y se involucra con la actualidad. También lo hizo en las primarias de su partido para oponerse a Jeremy Corbyn y al giro hacia la izquierda que dio el Partido Laborista. Blair dijo que era un error, que eran años perdidos, que la única manera que tenían los laboristas para volver al poder era virando al centro como hizo él con el Nuevo Laborismo. También se involucró en el Brexit. Hizo campaña para que el Reino Unido siguiera en la Unión Europea junto con el exprimer ministro conservador John Major.
Regreso al estilo De Gaulle
En todo lo que ha hecho después de ser primer ministro le ha acompañado el fantasma de la guerra de Irak, de las armas químicas que no existían y de una decisión que dividió el país y que todavía escuece en mucha gente. La simple mención de su nombre provoca división de opiniones. Ahora quiere limpiar esa mancha en su currículum. “Tony [Blair] cree que dejó el cargo [de primer ministro] en la cima de su poder —confesó el amigo de Blair—. Ha mejorado con el paso del tiempo y, diez años después, tiene el ardiente sentimiento de que el gobierno británico no es el adecuado y siente que tiene la determinación y las ideas para cambiar esto”.
Dijo que quería volver al estilo Charles De Gaulle. El general De Gaulle fue el presidente provisional de Francia en los dos últimos años de la Segunda Guerra Mundial y en 1946 dejó la política. Trece años después, en 1959, a los 66, regresó y fue elegido presidente francés. Blair tiene 67. No se ha precisado con qué partido tiene la intención de volver a la política. Mientras tanto, sigue como asesor en asuntos del covid para el gobierno conservador.