¿Un carnaval antisemita en Bélgica?

Alost saca este domingo un cortejo con una carroza de simbología antisemita
El carnaval es la fiesta de la transgresión, de la ruptura de los límites del decoro, el humor, la vergüenza o la tolerancia. ¿Pero puede ir demasiado lejos? Bélgica empieza a pensar que sí. Este domingo arranca, si la tormenta de viento y lluvia lo permite, el Carnaval de Alost, una fiesta que se enorgullece de sus 600 años y que el Ayuntamiento publicita con una web especial en la que clama que “todo es posible, todo está permitido”. ¿También el antisemitismo?
Bélgica teme que Alost se convierta a partir de este domingo en un escándalo internacional. En los últimos años fueron creciendo las críticas, sobre todo desde que se empezó a caricaturizar a los judíos con vestimentas ortodoxas, trenzas largas hasta la cintura, narices aguileñas exageradas y sacos de monedas de oro. Una de las carrozas centra las miradas, entre ellas las de la televisión pública israelí, que envió un equipo este domingo a Alost.
Fuera de la lista de la UNESCO
La polémica antisemita hizo que la UNESCO sacara al Carnaval de Alost de su lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (llevaba ahí desde 2010) y que la diplomacia israelí se pusiera en contacto con el Gobierno belga para que evitara los ataques a los judíos.
Mientras arrecian las críticas, el alcalde, el nacionalista flamenco Christoph D’Haese, aseguraba esta semana a los medios belgas que la fiesta de Alost, una localidad de unos 130.000 habitantes a medio camino entre Bruselas y Gante, tiene vocación “de reírse de todo. Nos reímos de la Iglesia (católica), de los reyes, de los judíos, de la política internacional, de los musulmanes. Es la libertad de expresión en su más amplia interpretación”.
D’Haese dice que su ciudad no es antisemita, que la transgresión es parte de la tradición del Carnaval y que en el pasado ya se construyó un muñeco que representaba a Bart de Weber, jefe de su partido (N-VA) y hombre fuerte del nacionalismo flamenco. De Weber aparecía vestido de soldado nazi.
Odio racial y negacionismo castigados penalmente
Bélgica condena penalmente la incitación al odio racial y el negacionismo que niegue o minimice crímenes contra la Humanidad como el Holocausto. Los expertos consultados por la prensa belga dicen que la carroza con las caricaturas de los judíos ortodoxos sentados sobre sacos de oro, por más polémica que sea, no cae en esos supuestos y sería absuelta en los tribunales por la defensa de la libertad de expresión.
El gobierno belga sí teme que la fiesta degenere y que la polémica atraiga a Alost a grupos de ultraderecha que alimenten un ambiente antisemita que quiere evitarse. En ese caso, y como la polémica estaba anticipada, sus organizadores sí podrían ser acusados de algo más que de tener mal gusto al verse envueltos en manifestaciones antisemitas. El año pasado aparecieron por primera vez algunos símbolos nazis.
La televisión pública flamenca VRT confirmaba esta mañana la presencia para el cortejo de este domingo de la carroza con simbología antisemita. Otros grupos se centrarán en asuntos como las manifestaciones juveniles contra la crisis climática, las familias numerosas de origen extranjero y las personas transgénero.
Yohan Benizri, presidente del Comité de Coordinación de las Organizaciones Judías de Bélgica dijo el viernes que teme las consecuencias del Carnaval de Alost. Para la diplomacia israelí, “en el siglo XXI, mientras el antisemitismo vuelve a crecer y a mostrar su fea cara, no puede haber ninguna tolerancia contra este fenómeno odioso”.
Jan Jambon, presidente de la región de Flandes y miembro del mismo partido que el alcalde de Alost (N-VA) visitó en enero el campo de exterminio de Auschwitz. Entonces criticó las caricaturas de los judíos y pidió a los organizadores del carnaval que tuvieran en cuenta los sentimientos de la comunidad judía. La meteorología podría acabar con la polémica por unos días. Este domingo Bélgica sufre una tormenta con fuerte lluvia y ráfagas de viento cercanas a los 100 km/h.