La City, talón de Aquiles de Londres en la negociación con Bruselas

La primera plaza financiera europea busca mantener su acceso a la Eurozona
La City londinense, la mayor plaza financiera europea, es un pilar vital para la economía británica, responsable del 7% de su PIB, unos 175.000 millones de euros al año. Su importancia para el Reino Unido la convierte en pieza esencial de la negociación con Bruselas y de la futura relación que el Gobierno de Boris Johnson negocie con la Comisión Europea.
Pero su peso hace de la City un talón de Aquiles de la posición negociadora británica, porque Londres intentará a toda costa defender sus intereses y, creen funcionarios europeos, tendrá que ceder en otros muchos asuntos para que la City conserve de alguna manera la mayor parte de su actual negocio europeo.
A pesar de que en los últimos días el sector pesquero está generando los primeros roces, su importancia es menor si se le compara con la City, cuyas exportaciones a la UE llegaron en 2018 (último año con datos consolidados) a 30.800 millones de euros, casi 20 veces más que las exportaciones de pescados británicos a la UE.
No permitir el dumping fiscal
La Comisión Europea y el Banco Central Europeo han advertido varias veces a los dirigentes del bloque sobre la importancia de no permitir que Boris Johnson les monte a menos de 40 kilómetros de la costa norte francesa un paraíso fiscal gigante. Así, Bruselas sabe que podrá exigir al Gobierno británico que mantenga la legislación financiera alineada a la europea si quiere que la City siga recibiendo el trato que recibe hoy día.
Porque el escenario de un no acuerdo en este asunto dañaría a la UE pero provocaría un accidente a la economía británica, pues la City no es sólo sede de entidades financieras británicas de todo tipo (bancos comerciales, de inversión, fondos de diverso pelaje o aseguradoras). También es sede en Europa de gigantes bancarios estadounidenses o japoneses, que sin acuerdo perderían el acceso al mercado europeo y se verían tentados a trasladar a alguna ciudad de la Eurozona parte o el total de sus actividades.
La City quiere mantener el acceso actual
El sector financiero británico empuja a su Gobierno a que negocie con Bruselas un sustituto al ‘pasaporte financiero’, el acuerdo que permite que las entidades financieras con sede en el Reino Unido puedan trabajar en la Eurozona como si estuvieran establecidas en un país de la unión monetaria. Ese ‘pasaporte’ les permite operar desde Londres en toda la UE y abrir agencias en territorio europeo sin estar en el euro.
Lo que busca Londres, ese acuerdo de equivalencia para seguir operando como hasta ahora, lo tienen otros países, pero siempre y cuando cumplan la legislación europea que el Gobierno de Boris Johnson prometió aligerar para convertir a su país en una especie de Singapur gigante a las puertas de Europa. Y a pesar de lograrla, le supondría recortar parte de los beneficios que le da el actual ‘pasaporte financiero’, como conceder créditos al consumo o hipotecas desde Londres.
La falta de acuerdo en servicios financieros tendría una ventaja para algunas ciudades europeas, que ya empezaron a ver llegar las primeras oficinas que salen de Londres. Por ahora, las más beneficiadas por ese movimiento son Dublín, París y Frankfurt.
Fuentes comunitarias explican que la postura intransigente del Gobierno británico sobre el acceso de los pesqueros europeos a sus aguas como hasta ahora podría ser una táctica negociadora. Boris Johnson estaría poniendo el listón muy alto en pesca para terminar cediendo a cambio de que los europeos cedan en servicios financieros. Las mismas fuentes dicen que esa estrategia está condenada al fracaso porque la Comisión Europea exigirá a Londres el acuerdo pesquero como requisito a cualquier otra negociación.