Diplomacia de pasillos y banderas durante la cumbre en Bruselas

Francia y Alemania apoyarían mantener el presupùesto de la UE según las banderas
Las cumbres europeas consisten en esperar. Periodistas que esperan a que “fuentes diplomáticas” o “fuentes europeas” les confíen alguna anécdota las más de las veces y alguna información seria las menos. Funcionarios que esperan a que sus jefes terminen reuniones. Dirigentes que esperan a que sus homólogos acaben sus bilaterales. Más de 1.000 personas (más de dos tercios periodistas) pasan horas y horas en un mastodóntico edificio de techo acristalado.
Pero esa espera, cuando se mira atentamente, muestra indicios, señales de por dónde van los tiros. Las fotos que estratégicamente difunden las delegaciones nacionales son una buena muestra. Este viernes, mientras se esperaba, la diplomacia española hizo uso de las imágenes para enseñar por dónde va la cumbre.

Sanchez con Macron
Mientras los cuatro que se hacen llamar “frugales” (aunque más bien podríamos tildarlos de tacañones tras sacarse una foto en la que cuatro dirigentes tenían sobre la mesa dos pequeñas tazas de café) reían en sus fotos casi siempre entre ellos, al otro lado del edificio se empezaban a romper las líneas de separación entre países contribuyentes y países receptores de los presupuestos europeos. España juega en medio, porque aunque en los primeros años del ciclo podría ser receptora neta, en el conjunto del período 2021-2027 probablemente acabe siendo contribuyente.
Sánchez y el portugués Costa reunieron a otros 15 países, los defensores de los fondos de cohesión, los 15 más pobres. Con ese apoyo bajo el brazo, Sánchez consiguió la foto que puede servir para tender puentes hacia los contribuyentes netos y aislar a los cuatro tacañones.
Las banderas y su lenguaje
Dónde se producen las reuniones y qué banderas se muestran en las fotos también dice algo. Y la foto conocida este mediodía muestra una reunión en la sala española en la que están, además del presidente español, los jefes de gobierno portugués, luxemburgués, griego, las jefas de gobierno belga y alemana y el presidente francés.
Esa foto cuenta que hay un grupo de países contribuyentes que no se identifica con los tacañones, que quiere un acuerdo y que ve en el grupo que mueven Sánchez y Costa un puente entre unos y otros. Merkel es una pragmática poco preocupada por banderas en las cumbres europeas y el luxemburgués Bettel es el único que ha dicho estos días que su país está dispuesto a pagar más, pero la diplomacia francesa no da puntada sin hilo. Que Macron acuda a la sala española muestra que Francia y Alemania están lejos de identificarse con los tacañones.